martes, 19 de febrero de 2008

En Plan Boring

Incluso ese día, meses después de la desafortunada conversación en la máquina de café, seguía pensando sobre los motivos que habrían impulsado a su jefa a insinuar que se afeitaba el chichi delante de unas diez personas. Estaba convencido de que no lo había hecho para excitar los pocos penes que la rodeaban. Quizá, sólo quería comunicar su hazaña con el mundo. Pero, al menos uno, deseó no encontrarse ninguno de sus pelos recién rasurados flotando en el café.

Ahora, en cambio, estaba muy seria, con su chichi peludo, si es que no se la había vuelto a afeitar, y asentía con superioridad a lo que se comentaba en la reunión "si es que...desde luego...". Evidentemente, le fastidiaba que su interlocutor, que padecía esa enfermedad tan graciosa como molesta que estimula sus órganos sexuales con la vibración de sus propias cuerdas vocales, no parase de hablar, discutir cuestiones "pero en plan discussing, no en plan arguing".

Fue entonces, cuando el metalsaurio, maravillado ante esos gigantes spanglishparlantes que se dignan a caminar entre mortales y que alguno de ellos lleva el chichi peludo o afeitado, según las circunstancias, bostezó y volvió al mundo real de la sala acristalada de reuniones en la que se encontraban.

-Me aburrís. Me aburrís ayer, hoy y mañana.

-No te pagamos para que te aburras sino para...

-Me pagais para que me aburra. Y lo hago genial.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El Metalsaurio no tardó mucho en abandonar la sala por completo. En los últimos años había desarrollado una habilidad maravillosa. Ahora sabía dormir con los ojos abiertos, y, después de un último bostezo disimulado tras la pantalla de su ordenador portátil, se quedó mirando fíjamente al "speaker". Entonces, apareció en una selva gigante quitándose de en medio a machetazos la espesa maleza que le estorbaba en su camino. Las plantas lucían en su vértice cabezas de ejecutivos repipis y trepadores, y el Metalsaurio disfrutaba maliciosamente cortándolas de cuajo. Se sentía poderoso en aquel lugar: andar y cortar cabezas plantiformes le parecía lo más divertido del mundo.
Aquella travesía sangrienta le llevó, al cabo de un rato, directo a lo que parecía una laguna; lo cual agradeció porque, con tanto ejercicio, le había entrado la sed. Y al igual que los animales de la jungla que estaban en la orilla - el jaguar, los hipopótamos y la cebra - se inclinó para dar un merecido trago de agua pura. Pero, cuando se puso al nivel del líquido, descubrió, atónito, que la laguna estaba seca, y ésta, de repente, cambiando el sueño en pesadilla por que le salió de los ovarios, se puso a gritarle con su boca gigante como una loca.

-PERO.... ¿¿¿QUÉ HACES IMBÉCIL???

Y el Metalsaurio volvió de un salto a la realidad de la sala del consejo; aunque debía estar todavía medio dormido porque, con una sonrisa tonta en la cara, le dijo a su jefa:

- Pelar tu seco coño, "dirty bitch".

Metalsaurio dijo...

juajuajuajuajuajua!

Ereh un crá, chiuzo!