miércoles, 27 de agosto de 2008

Mike Nogames II

-…

-Si de mí dependiera, rebobinaría, como poco hasta esta mañana, y volvería con algunas flores; mas no puedo volver atrás en el tiempo, y aunque volviese, tampoco dependería de mí.

-…

-Sí.

-…

-Las más feas.

Y rió, convirtiéndose en el eco triste de la voz de Sally, que reía mimosa al otro lado de la línea telefónica. Medio día hacía ya desde que se habían separado y apenas unos minutos –el tiempo que se tarda en pinchar en el tocadiscos a Sinatra y en descubrir que un pequeño papel entre el revoltijo de su escritorio decía “Phone me” junto a un número y cinco mayúsculas- habían transcurrido desde que Mike llegara a su pequeño piso, tatareando alguna canción perdida de la que ni siquiera recordaba el nombre. Tampoco quería recordar el nombre de quien ahora lo llamaba, pero era incapaz de olvidarlo, como tampoco podría dejar de pensar en elefantes rosas si alguien le dijera que lo hiciese.

Sin soltar el teléfono, por el silencio de la calle, roto por alguna que otra voz, dedujo que debían de ser más de las doce. Temprano, para su rutina. Lógico, teniendo en cuenta que esa noche, al salir, no se había allegado al bar habitual, y fue a dar a uno en el que no se sintió cómodo y al poco –dos cervezas-, abandonó.

-…

-Sí, claro. No son horas de salir.

-…

-No.

-…

-Que no.

Sinatra cantaba “My way” cuando colgó el teléfono. Libre en su pequeña jaula, se quitó de encima la gabardina, y luego, la pistola. Su identificación como detective hacía tiempo que la había perdido, pero nunca había tenido que mostrarla por lo que no le preocupaba. Se preparó un café; y por primera vez en años, mientras lo tomaba, tuvo tiempo para leer más de una línea del libro que descansaba boquiabierto en el escritorio.

Entre sueños y pesadillas, creyó distinguir el golpear de unos nudillos contra su puerta, y entre sueños y pesadillas, creyó abrirla.

Segundo capítulo de Mike Nogames y primera historieta acatando las normas de El Cuentacuentos (tomar como primera línea de la historia una que alguien sugiere, en este caso Hécate. Va en cursiva la línea sugerida por Hécate)

viernes, 22 de agosto de 2008

¡Gremlins!

Acabo de encontrar este video en el que los Gremlins hacen zapping en su reproductor de DVD y se meten en varias películas. Está muy logrado y en casi todas las escenas dan el pego. Aquí queda:



Me encanta cuando se meten en la película de Indiana Jones, ¡jeje!

martes, 19 de agosto de 2008

Ripolleta

Ripolleta era italiana y tenía algo de bigote. Desde pequeña había querido ser bailarina en el Ballet de Roma y, por eso, semana tras semana, se esforzaba en las clases de danza a las que asistía: estiramientos, saltitos, pasos cortos y más saltitos.

Decía que le gustaba las música, si bien sus conocimientos se reducían poco más que al “Lago de los Cisnotes” y al “Cascahuetes” -Sebastián Bach sólo era para ella un compositor, nunca el cantante ex-cantante de Skid Row; y, sin haberlas escuchado, si alguien le hubiera preguntado, respondería que prefería “Stairway to Heaven” a “Highway to Hell”- y, al igual que con la música, todo lo que no tuviera relación, directa o indirecta, con su danzante universo, lo ignoraba, de la misma forma que desconocía mucho de lo que en su reducido mundo le concernía.

Desde su casa a la academia de baile, y de la academia de baile a su casa, vestía un tutú, negro cuando iba por la calle, blanco durante las clases – de negro, una mafalda tenebrosa; de blanco, un patito feo-. Y así, durante años, cada día una copia idéntica del anterior, hasta llegar el gran día de su prueba de acceso al Ballet de Roma.

Ese día, Ripolleta, se levantó a una hora más temprana de la habitual y se calzó su tutú negro. Al llegar al Teatro de la Ópera, donde se iba a examinar, descubrió que habían adelantado la prueba al día anterior.

Oooh.

Pobre Ripolleta.

viernes, 8 de agosto de 2008

Jabo el Jevo IV

“Desde un viejo balcón veneciano,
Bajaba una paloma en su vuelo
…”

-Deja eso, ¿quieres? –la habitual cara alegre, de grandes encías y dientes, gorda nariz y orejas de soplillo, estaba esa noche preocupada. Inquieta. Ni el lugar le agradaba, ni tampoco las circunstancias que lo habían llevado allí – Deja tu puto libro, Daniela.

-¿Mi puto libro? Si te parece leo la Biblia, no te jode.

-No es momento de leer, creo yo. Aquí, delante de un puticlub, leyendo poemas…sería bonito de no ser tan…

-“tan, tan”…pareces tonto. Cuando salga mi padre le pegas un tiro y punto, ¿me oyes? Que para algo soy tu novia. Está muy bien hablar de amor y que sea todo perfecto, pero a veces, ¿entiendes? no todo es bonito. ¿Es bonito que tu padre se vaya de putas? Tan cristiano dices que eres, y ¿qué hay de la Justicia Divina? –Daniela, cerró su libró, enfadada, y golpeó con él a Jaime, que, aferrado a la mochila a la que se mantenía abrazado, no se atrevió a quejarse, y de alguna manera de que sólo su rostro de asno conocía, agachó las orejas. Permaneció sentado, mientras le miraba el culo a Daniela –esa noche le parecía toda ella una desconocida; su culo también le resultaba un extraño- que se había levantado del banco de piedra en el montaban guardia frente a la puerta del Golden.

Estaba muy enfadada. De alguna manera se había enterado de que su padre estaba allí dentro y quería matarlo. Jaime, novio de Daniela y demasiado mayor para seguir en su cargo de monaguillo, pero indeciso a la hora de entrar en el seminario era incapaz de negarle nada; y allí se encontraba -con una pistola en una mochila y el crucifijo que esa noche no se atrevió a colgarse del cuello, en el bolsillo- incapaz de negarle nada a la colegiala que en el confesionario le había dicho que quería entrar, follarlo y hacerlo rebuznar de placer.

Su rebuzno fue largo tiempo comentado en el colegio de monjas, y tras largas y tortuosas explicaciones, en las que no dudó en invocar al Espíritu Santo, a una Revelación, le dejaron seguir ejerciendo.

-¡Atento, Jaime! Sale alguien…

Torpemente, abrió la mochila y sacó una pistola con silenciador , nervioso.

Torpemente, bandeando, Jabo el Jevo, salió del Golden.

Jaime, miope sin gafas, apuntó a la sombra que caminaba con dificultad hacia algún lugar del aparcamiento. Su blanco era lento, pero su andar alcohólicamente dubitativo; una mancha borrosa y oscura que caminaba haciendo eses. Disparó.

La sombra de Jabo dejó de verse.

-¡Para, para, para! ¡Para, que ese no es mi padre! Idiota. –Daniela gritó todo lo que se puede gritar a media voz. Parecía haber reconocido la sombra de Javo poco antes de que desapareciese entre los coches aparcados, y de tres rápidas zancadas se allegó a donde estaba Jaime y, tras una bofetada, le quitó la pistola y la devolvió a la mochila- ¡Mira que eres tonto! Joder. Hay que escapar, Jaime, joder. Vete, vete.

Jaime huyó a la carrera y se perdió en la oscuridad de la noche.

Daniela, se marchó, a pie, paso lento, para, de camino, calmarse y pensar.

Pensar mucho.


sábado, 2 de agosto de 2008

Semana Musical (Sábado) Running Wild: Marooned

Running Wild…corriendo salvaje…como un cochino jabalí…oink, oink…Los “Piratas del Metal”, sin salirse de su característico estilo, son enormísmos: “Marooned”. No sé de qué película son las escenas que ilustran el vídeo, pero éstas, son de piratas, y es suficiente, al menos, para mí.

viernes, 1 de agosto de 2008

Semana Musical (Viernes) Bon Jovi: You Give Love A Bad Name

¿¿¿Acaso pensabais que no iba a poner a Bon Jovi??? Vale, en este video Bon Jo no vuela como en Livin’ on a Prayer, pero la canción es igual de buena. Venga, ¡todos a aprenderse la letra, si es que aún no os la sabéis!