miércoles, 28 de enero de 2009

Marcha Imperial

Pues eso, la Marcha Imperial de Star Wars tocada por Metallica. Si se os ocurre una bonita presentación del video y la queréis dejar en comentarios, el viernes elijo la que más me guste y en vez de esto aparecerá vuestro comentario, jua, jua!

Hale.

miércoles, 21 de enero de 2009

Horas urxentes

Xosé Ferreiro sentíase canso de estar deitado nunha das tantas paiolas aparcadas ó longo do corredor, mais non tiña forzas para protestar. O seu fillo trataba de animalo con contos e algún bico que outro na cachola. Ás veces Xosé, sorría, outras, só tusía.

O corredor no que estaba Xosé era dun branco apagado e pouco san, e, de fixarse pouco, calquera pensaría que a única vida que alí había era a das bombonas de osíxeno que alimentaban as máscaras de un ou dous vellos que nin sorrían nin tusían.

Caras de sapoconcho doente e suores acervexados agardaban a súa vez e comían o cada máis pequeno espazo polo que as bonitas médicos e enfermeiras víanse obrigadas a pasar.

-Por favor, os acompañantes que vaían á sala de espera. Non temos sitio suficiente para os enfermos.

As protestas e soar de móbiles organizaban unha pequena barricada no estreito corredor.

-Estou infartada e aquí me teñen.

-Esquecéronse de min.

-Levo dende as doce agardando e a miña nai aínda non saíu.

A señora non leva etiqueta e é unha acompañante –“Os acompañantes fóra, que non temos sitio para os enfermos”-; á súa nai están a atendela; a súa etiqueta indica que leva menos tempo alí do que a filla di.

Xosé Ferreiro segue a tusir e o seu fillo, na sala de espera, non o pode atender. Tampouco os de branco poden. Nin os de verde, nin os de azul. Todos van e veñen, e por algunha razón, lémbranse de sorrir cado alguén os interrompe.

-¿E este? ¿Por que non se vai este tamén? Non leva etiqueta.

A enfermeira mírame con ollos grandes e non me ve. Alporizada a señora, ponme mala cara e insiste en que si eu non vou, ela tampouco. Só me queda por a mi miña mellor cara e calmala:

-Acouga, que logo falamos ti e máis eu.

sábado, 17 de enero de 2009

Happy Birthday, Kai Hansen, Happy Birthday To You

Hoy, 17 de Enero de 2009, Kai Hansen cumple 46 años y, para celebrarlo, toca poner unos cuantos vídeos curiosos de este metálico personaje.

Primer vídeo: Kai cantando Ride The Sky con Stormwarrior



En la boda de Kai, Ralf Scheepers cantó The Silence. He aquí la prueba:



Y, (¡qué cosas tiene internet!) hasta he encontrado una película dirigida por Kai Hansen.




Pero curiosidades aparte, lo que realmente mola son sus canciones. Termina esta entrada-regalo con New World Order:

FELICIDADES, HEAVY METAL THUNDER!

martes, 13 de enero de 2009

"La tía más buena del Metal" (Título Eterno)

Doro Pesch tiene el título de "tía más buena del Metal" a perpetuidad y toda la metalada lo tiene asumido. Da igual que ya tenga sus añitos y que un sinfín de góticas quieran quitarle el título. Doro es Doro, y aunque ya no sea la que está más buena, tiene el título.

Es lo que hay.

Aquí la vemos en All we are (we are all!!)



Y ahora en All we are, pero en directo, que parece más maja:



Y, todavía más difícil: cantando Fear of the Dark (de Iron Maiden) con el que fue cantante de Iron Maiden en dos discos, Blaze Bayley:



...y tachán, tachán: no, no he encontrado el Breaking de Law cantado a dúo con Halford, peeeeero, sí ella sola


lunes, 12 de enero de 2009

Lepidópteros

Colaboración para elcuentacuentos . El relato comienza esta vez con una frase propuetsa por Juan Cuquejo (como siempre, en cursiva).

Una tras otra, las flores se fueron marchitando
para dar sentido a palabras como tiempo y como muerte; pinchadas sobre un corcho, las últimas mariposas de las que habían tenido noticia, descansaban con las alas abiertas a la vista de quien quisiese admirarlas.

-Lepidópteros. Un capricho para la vista.

Al otro lado de la ventana, rodeadas de frío blanco, las últimas flores comenzaban a apagarse como girasoles mareados. En la frontera interior del cristal, una mirada de cuatro ojos huía del museo de la naturaleza y abrazaba al vagabundo que en el parque nevado se interesaba por las flores. Eran pocas las que quedaban, apenas cinco, y, una a una, hechizadas por los cinco chasquidos de un guante sin dedos, volvieron a sonreír. Más satisfecha, aunque más sucia, fue la expresión del que las hizo volver. Un dedo alcanzó su sonrisa y pidió silencio a los cuatro ojos del museo.

-¿Mm?

- Lepidópteros. Las mariposas son lepidópteros.

-Ah. Sí, preciosas.

jueves, 8 de enero de 2009

Y, además, gira

Es habitual que al referirse a las crisis económicas más de uno caiga en la tentación de advertir “la situación es insostenible, no puede durar”. Otros, mis bufones preferidos, lo hacen a toro pasado “no podía durar”.

No voy a hacer un análisis económico profundo de la situación que se está viviendo a nivel mundial (eso era lo que iba a hacer cuando empezaban a saltar los primeros gritos por la crisis, pero pasé porque, aunque son asuntos que me interesan enormemente, consumiría mucho del escaso tiempo libre que tengo), lo que haré será centrarme en el aspecto de la confianza en la economía, que me parece bastante más original y es un tema que no se suele mencionar.

El decir que “la situación económica es insostenible” significa únicamente cambiar la palabra “pésima” por “insostenible”, por lo que la frase quedaría de la siguiente forma: “la situación económica es pésima”. Al utilizar “Insostenible” da la impresión de que sabes de lo que hablas, en cambio “pésimo” es demasiado general y negativo.

Lo curioso es que lo pésimo sí que es sostenible, y además, sostenible en el largo plazo aunque las consecuencias que traiga no sean las mejores ni de lejos. ¿Y por qué es sostenible? Pues porque se sostiene. Así de simple.

La economía de mercado (libre para los productos/servicios que producen y venden los países ricos; no tan libre para los productos/servicios que venden los países pobres) tiene como consecuencia que el 80% de la población mundial viva en la pobreza y que, incluso en el 20% restante haya más de uno (y de 100, de 1.000, de 1.000.000…) que viva en la mendicidad o sin poner casos extremos, se vea muy justo para llegar a fin de mes. Y, sin embargo hasta ahora ha funcionado, ¿no? ¿Cuánto tiempo hemos vivido siguiendo estos parámetros? El suficiente para ser considerado largo plazo. Para mi está claro que es sostenible, lo que pasa es que es una jodienda.

Claro que hay quien pueda decir que la “insostenibilidad” se refiere a largísimo plazo. Pues oye…”a largo plazo todos muertos” Esto último lo decía Keynes, del que incompresiblemente nadie se acuerda hoy en día. Con esto no quiero decir que no debamos sentirnos responsables por el largo plazo (que, por cierto, veo negro), sino que lo “sostenible” por un período de tiempo infinito es, la vez que deseable, enormemente complicado de conseguir y si se consiguiese siempre habrías cuestiones objetables. (Y, ojito, que nadie piense que estoy hablando de ecología. Es otro tema relacionado con la economía pero no me estoy refiriendo a él)

Bueno, hasta aquí he tratado de plasmar por qué creo que lo pésimo no siempre es insostenible.

La confianza es, desde mi punto de vista, un factor clave de la economía y de la cohesión de la sociedad. El mercado funciona (primero, por nuestra creencia en su inevitabilidad: a nadie se le ocurre entregar un libro a cambio de que te reparen el coche) por la confianza en el dinero como medio de pago (confianza en cuanto a su legitimidad, a su respaldo, y a que no se trata de falsificaciones). Funciona porque los préstamos de los bancos los creemos respaldados por entidades con inversiones seguras. También trabajamos por la confianza de que a fin de mes vamos a cobrar, y, pagamos impuestos (no sólo porque estemos obligados) sino también confiamos en que ese dinero revertirá en el bien común. Se trabaja, se explota y se explotado, en la creencia de que no hay otra alternativa. Y así, con todo.

Basta con que la confianza decaiga en cualquier ámbito de los que he mencionado para que exista una crisis (otro asunto que llama la atención es que sólo se habla de crisis cuando el 20% rico empieza a pasarlo mal):

-¿Qué pasaría si a partir de mañana subimos al bus y como pago entregamos un mechero? (Lo he visto: no dejan) pero ¿y si lo hacemos todos? Quizás no se aceptarían, pero crearía unos problemas muy serios de consecuencias rocambolescas (crisis) el tener a toda una sociedad empeñada en pagar con mecheros. Vale, es un ejemplo absurdo, pero si has leído todo esto, aparte de paciencia, supongo que tendrás una mente lo suficientemente abierta para llegar más allá.

-¿Qué pasaría si el euro deja de estar aceptado como medio de pago porque los creen falsificados o no respaldados?

-¿Qué pasa si los bancos dejan de prestarse dinero entre ellos porque no se fían los unos de las inversiones que tienen los otros, al temer que serán de tan poca confianza como las suyas? Pasaría lo que está pasando ahora: restricción del crédito entre bancos, para empresas y particulares. Cae la producción, crece el paro, cae el consumo, cae más la producción, más paro, menos consumo, caen los precios…en fin…en 1929 hubo algo parecido.

-¿Qué pasa si el 80% del mundo (sí, el mismo 80% que vive de pena) dejan de estar convencidos de que han de estar explotados? Ha habido unas cuentas revoluciones a lo largo de la Historia que comenzaron por la toma de conciencia de que la situación que les tocaba vivir era, además de mejorable, claramente injusta.

-¿Qué pasaría si me levanto en la oficina y le digo al director que me piro, que no quiero estar aquí? (jojo!)


Por cierto, existen indicadores que dicen reflejar la confianza: el ICO da unos cuantos. A ver si un día de estos me lo miro con calma.

Conclusión perversa: da igual lo malo que seas si se fían de ti y de tus actos.

Conclusión inteligente: cuestiona lo generalmente aceptado porque no siempre es lo correcto.

lunes, 5 de enero de 2009

Sangre Azul

Mini relato para el cuentacuentos y que comienza con la frase propuesta por Esther: "A veces soy un músculo que se dilata"


A veces soy un músculo que se dilata y, atrapado, golpea el hueso.

A veces, cinco litros de sangre que no encuentran la salida.

He recorrido estas venas más de 13.665.600 veces y sobrepasado los límites de lo que desde afuera llaman velocidad. La única conclusión a la que he llegado es que puedo aprovechar la más mínima distracción del cerebro para arrebatarle el cetro de poder.