Me hacían el jueves una pregunta que me dejaba y aún me deja perplejo acerca de los motivos que han llevado a la gente a salir a las calles para mostrar su descontento; me decía que desconoce o no ve viable un modelo de sociedad mejor que el actual.
Hacía tiempo que me había prometido enumerar la lista de razones que están detrás de mi malestar para con los políticos actuales, y creo que va siendo hora de cumplir la promesa:
Acceso a la política: El actual sistema electoral, en aras de conseguir una representación política a nivel nacional proporcional a la que cada voto tiene en el lugar en el que se vota, deja de lado y con representación raquítica a los votantes que, dispersos, votan al mismo partido. De este hecho deriva que el tercer partido más votado a nivel de España, Izquierda Unida, tenga una representación inferior a la que tiene Convergència i Unió, que con bastante menos votos, pero con mayor concentración de votos en su Comunidad Autónoma, Cataluña.
De profesión, político: (síntomas similares padecen los sindicatos) El despliegue de promesas en campaña electoral enseguida se diluye en cuanto, ya en el poder, pueda afectar a los grupos de presión (mediáticos, económicos, artisteo, internacionales…) que, con su acción, puedan poner, con campañas de todo tipo, al electorado en contra o hagan que los ingresos del político sean únicamente los que le corresponden por su cargo. Estos grupos de presión (los famosos lobbies) que en campaña prestan apoyo dando la cara o encubiertos, exigen sus prevendas una vez que su caballo ganador está en la poltrona. Y el caballo, asiente y hace, no lo que le desea el jinete, sino lo que quien apostó por él dicta. Aunque caiga el jinete.
Un paso a la derecha: “Si te fijas, todos los partidos políticos han dado un paso a la derecha. Los comunistas se han vuelto socialistas, los socialistas, de centro, los de centro se han hecho de derechas, y los de derechas…” Así definía un amigo el panorama político hace un par de años. Me parece de lo más acertado ahora que los políticos obedecen únicamente al mercado y a los recortes sociales que, ante el déficit, este impone.
La respuesta dada al déficit está encaminada a disminuir los gastos (menos gasto social) y a aumentar los ingresos (aumentar impuestos). Y olvidan que el gasto social genera ingresos en cuanto los destinatarios del mismo consumen y que el aumento de los impuestos indirectos (al consumo) si bien es la vía rápida para aumentar ingresos es bastante más injusto que aumentar los impuestos directos (que aporte más quien más tenga).
¿Y cómo hemos llegado a este déficit? Por un lado, nos dicen que el endeudamiento público no está en niveles que puedan llegar a preocupar (y sin embargo, seguimos emitiendo deuda en mercados harto manipulables y llenos de especuladores como Warren Buffet), pero el que sí preocupa es el endeudamiento de las familias, hipotecadas hasta las orejas. Si se ha llegado a esta situación es por la irresponsabilidad de los que otorgaban el crédito (que a su vez ha de responder a quienes le dejan el dinero a él: a todos luces, ahorradores internacionales, sino serían inexplicables estas presiones y reestructuración bancaria) que, borrachos por conseguir un beneficio gigante y creciente, prestaban sin ton ni son y siempre cobrando más a quien menos tiene
y en función de un índice, el Euríbor, susceptible de ser manipulado, como lo es el Libor.
Nosotros, esclavos y esclavistas: Las empresas trasladan su producción a países de mano de obra barata (reducen costes) y finalmente venden sus productos en países del primer mundo, con más poder adquisitivo. Y los sueldos que quedan por España no llegan en muchos casos ni a los 1000€. Sueldos bajos, menor capacidad adquisitiva…presionamos para comprar barato y con ellos fomentamos la deslocalización, los sueldos de miseria y perpetuamos el círculo. Mientras tanto, el Gobierno reconoce sin pudor que esta situación de desempleo (ya van 5 millones, a pesar de que incluyen en el cálculo a los parados en cursos de formación) se alargará unos cuantos años más.
Acceso a la política + De profesión, político + Un paso a la derecha + Nosotros, esclavos y esclavistas = un cóctel poco digerible