jueves, 20 de enero de 2011

Norton I, Emperador de Estados Unidos

¿Qué hace falta para ser emperador? A juicio de Joshua Abraham Norton (como el antivirus) basta con proclamarlo. Con un poco de suerte te harán caso. Joshua (1815 – 1880), en una carta enviada al diario San Francisco Bulletin el 17 de Septiembre de 1859, es decir, a los 44 años, se proclamó emperador de Estados Unidos. Más tarde y “dada la incapacidad de los mexicanos de regir sus propios asuntos” también se declaró protector de México.

Resulta simpático, además de su autoproclamación, la decisión de reunirse en una sala de conciertos para cambiar las leyes:


"En la petición y el deseo perentorio de una gran mayoría de los ciudadanos de estos Estados Unidos, yo, Joshua Norton, antes de la Bahía de Algoa, del Cabo de Buena Esperanza, y ahora por los pasados 9 años y 10 meses de San Francisco, California, me declaro y proclamo emperador de estos Estados Unidos; y en virtud de la autoridad de tal modo investida en mí, por este medio dirijo y ordeno a los representantes de los diferentes Estados de la Unión a constituirse en asamblea en la Sala de Conciertos de esta ciudad, el primer día de febrero próximo, allí y entonces se realizarán tales alteraciones en las leyes existentes de la Unión como para mitigar los males bajo los cuales el país está trabajando, y de tal modo justificar la confianza que existe, tanto en el país como en el extranjero, en nuestra estabilidad e integridad."

¿Un emperador amante de la música? Pues puede ser.

Si bien, más allá de su ciudad el caso que se le hacía era mínimo (que no nulo: se carteaba con la Reina Victoria), en ella era un personaje tenido en cuenta y, por lo que se desprende de la wikipedia era, en general, querido: en los restaurantes comía gratis, en los estrenos de las óperas el público esperaba en pie a que tanto él como sus dos perros (Lázaro y Bummer, a quien Mark Twain le dedicó un epitafio) tomasen asiento en sus butacas (reservadas por privilegio imperial), se imprimieron billetes con su nombre y su cara…y unas cuantas cosas más, entre las que sobresale el hecho de que en el censo constase con la profesión de Emperador.

Y con su epitafio me despido por hoy:

“El Emperador Norton no mató a nadie, no robó a nadie, no se apoderó de la patria de nadie. De la mayoría de sus colegas no se puede decir lo mismo.”



lunes, 17 de enero de 2011

Set the dial

Primero probó con una cuerda y dos envases vacíos de yogur, uno colgando tranquilo en su cuarto y el otro bailando alegre en la ventana. Sin resultado. Retiró, después, el yoguricular exterior y conservó el interior. Y esperó.

La pequeña Prímula Habana pasaba horas frente al yogur convencida de que más temprano que tarde cazaría una de esas llamadas que van a dar al limbo de las llamadas cortadas, convencida de que la suya era la mejor forma de escuchar al mundo.

Una de las mañanas en las que, con la ventana abierta y la guía telefónica sobre las rodillas, escrutaba el horizonte un avión de papel entró volando en su habitación. Lo observó curiosa, se asomó al alfeizar, miró hacia arriba, miró hacia abajo y se centró de nuevo en el avioncito: en una de las alas, un matasellos del país de los biosbardos, en la otra, una invitación “sube”.

Se acercó a la ventana con el avión en la mano, le susurró “voy” al yogur, y voló rumbo a la fantasía.



martes, 4 de enero de 2011

Metalsaurio 2011

Cerrábamos hace unos días el 2010, y con él, la primera década del siglo XXI. Mi primera intención para esta entrada consistía en hacer un repaso de los objetivos que para el blog me había propuesto, ver en qué estado está cada uno de ellos, fijar lo que voy a hacer para alcanzarlos y anticipar lo que todo aquel que tenga a bien pasarse por aquí, encontrará en el jardín cucudrúlico a lo largo de 2011.

Sin embargo, la idea de haber dejado atrás una década me parece demasiado grande como para pasarla por alto. Lo que ha sucedido en el mundo, podemos consultarlo en varias fuentes, pero un resumillo en clave personal lo veo de lo más apropiado para aclarar ideas (al menos, las mías):

Llamé casa a más sitios que a la casa de mis padres. Viví en 3 ciudades distintas. Terminé una carrera, un Master y un curso de especialista universitario (entre otras cosas). Cambié la vida de estudiante por la de becario y la de becario por la de trabajador. Pasé de escuchar el 90% a Siniestro Total a un 90% de Metal. Pasé de ser novio a ser exnovio. Aprendí a ver más clara la diferencia entre colegas y amigos. Pasé de leer a escribir (sin dejar de leer) y de leer y aceptar como cierto lo escrito a comprender que lo escrito puede ser cierto o no (y que las más de las veces, cuando hablamos de informativos, es tendencioso). Pasé de “tener una idea” de lo que es Internet a escribir un blog. Pasé de amigo a conocido y de desconocido a amigo. Y comprendí que al caer, hay que levantarse, y que la principal ayuda es la que se presta uno mismo, pues sin ella ninguna mano amiga tendrá la fuerza suficiente para tirar de uno.

Volviendo al blog: cumplí con casi todo, jeje! Completé las historias subidas al blog que estaban incompletas (salvo Círculos de Plomo que opté por dejarla así), completé las historias incompletas no publicadas en el blog (salvo 2, que me reservo para un futuro), reuní, revisé y corregí varias veces los relatos que consideraba válidos para publicar (gracias Chuzzlightyear por la ayuda) y, finalmente, los registré. Por el momento, lo he enviado a 2 editoriales: en una de ellas me han respondido que no leen a autores nuevos y de la otra, al menos de momento, no he tenido respuesta. Ya re-re-corregido, lo enviaré a más.

El 2011 traerá consigo sobre todo trabajo de documentación de lo que espero sea una historia un poco más larga de lo habitual y que, si bien, no la iré subiendo, sí subiré mis pequeñas investigaciones. De momento he ido haciendo anotaciones que perfilan con trazos bastante gruesos cómo será esa historia, pero en breve la afinaré más. Si cuento con el tiempo necesario, espero ponerme a escribirla en julio, sin prisas. Y además de esto, claro, los relatos cortos seguirán apareciendo, según se me ocurran. Y más además: hay Metal para rato, jojo!

Como siempre, gracias a todos los que os pasáis por el blog y comentáis o lo visitáis en silencio, cual cucudrulos, cucudrulas y cucudrules de la charca cucudrúlica.