lunes, 28 de noviembre de 2011

FWA? (Ilustración)

7:46 am. Una oficina cualquiera del noroeste penínsular.

-¿No funcionan los ordenadores?
-Sí, pero estábamos esperando a que llegases...
-Ya...vamos, que no funcionan. ¿Va para largo?
-Los informáticos han quedado en llamar.

Cuatro períodicos y un café más tarde:

¿Se habrá enfrentado o enfrentará John McTracy a este vaquero desconocido?




-¡Ya funcionan!



domingo, 27 de noviembre de 2011

Un paseo por el Guernica (and far away)

Como últimamente la imaginación “relatil” me escasea, vamos con otro asunto.

Cierto o no, este fin de semana he escuchado en la radio que se cumplen 30 años desde que el Guernica de Picasso llegó a España. El caso es que también esta semana, me encontraba por buceando por Internet dos vídeos sobre el Guernica de lo más interesantes:

El primero que pongo lo protagoniza uno de los personajes del cuadro, recorre varias obras de otros artistas –se despierta en la habitación de Van Goch, camina por la persistencia de la memoria de Dalí y entra en una de las arquitecturas imposibles de M.C. Escher- hasta dar con su lugar en el Guernica.

Como curiosidad, he de decir que he podido disfrutar de cada uno de estos cuadros en persona :D

El segundo de ellos es un recorrido por el cuadro, en tres dimensiones y figura por figura.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Agujeros de la realidad

Hay luces húmedas, neones, neblina alquitranada y pistones machacando, bumbum, bumbum, el ambiente. Las mesas, las sillas y la barra de la cantina son metálicas y están oxidadas y en una esquina, sentado, el único cliente que no habla con nadie. Está loco.

Su pelo, enmarañado y gris, tapa sus ojos; su barba, hace de su cara una bola de pelo y deja sólo a flote unos labios que se entreabren únicamente cuando de la mesa, sube una escudilla para beber.

Alguien se le acerca. De vez en cuando, cada vez con menos con frecuencia, alguien se sienta con él, le hace preguntas y se ríe. Les gusta escuchar la historia de dónde viene y cómo llegó.

-¿El CERN?

-Os lo he contado mil veces –respondió, mientras tomaba una cajita que colgaba de su pecho y la abría-. Sí, el CERN. En otro tiempo, era científico. Y experimentando y experimentando capturé un neutrino y lo guardé en esta cajita. Un día me pidió salir. Abrí la pequeña tapa, saltó a mi mano y con una explosión me expulsó a esta realidad paralela.

Todos rieron, y él, siguió a lo suyo.


"...tengo miedo a irme a la sombra del Cielo: me queda tan poco, ¡y tanto que arreglar!"