viernes, 28 de diciembre de 2012

Dragones: Ataxis (3 de 5)



Es famosa la cordillera balandiana por las torres que coronan cada una de sus muchas cumbres y por la nitidez con la que llega la voz de una torre a otra sin más esfuerzo que el de susurrar contra alguno de sus muros encalados.

Se podría pensar que, siendo las torres balandianas Patrimonio de la Humanidad, éstas deberían estar atestadas de turistas, sin embargo, la única compañía humana de las atalayas son los centinelas –uno por torre- que cada año se relevan en la vigilancia de la cordillera. Se comunican los guardias entre sí en rápidos cuchicheos, y es la torre central, en la que habita el chamán, la que con fuertes bocinazos avisa a los pueblos colindantes de la única amenaza que ellos no pueden detener: el vuelo picado y fugaz de uno de los cinco dragones primigenios, Creadores y Amos del Todo.

Ataxis I, Primer Dragón de Aire, Padre de Dragones, sólo se deja ver en forma de blanda nube blanca cuando surca los cielos más allá de la cadena montañosa que siente como suya. Es entonces cuando todo el que mira al cielo reconoce la forma de un enorme reptil volador y se siente dotado de una especial imaginación, cuando en realidad, si algo tiene, es mucha, mucha suerte por no despertar el interés del curioso dragón cuasi-incorpóreo. En la cordillera, en cambio, tienen claro que no se trata de algo fantástico, sino bien real y bien corpóreo si es que así se le antoja: saben que el mismo aire que respiran se puede volver sólido, alado y con una respiración lenta y fogosa, que el viento que lame las torres y agita las ventanas en los pueblos las noches de vendaval son tan dragón como el que, cuando se solidifica y corona un pico, gime como el viento y escupe fuego.


Nadie en las torres, ni antes ni ahora, entienden cómo es que si el primer chamán invocó a la tormenta para castigar al dragón Ataxis, éste no se haya vengado arrasando la cordillera. Tampoco entienden que se haya conformado con hacerlo inmortal y prisionero en la torre central, a solas con su bocina y con un viento a ratos gélido, a ratos abrasador, y siempre escamoso.
  

martes, 18 de diciembre de 2012

Dragones: Borboloi (2 de 5)



Bartulia, pueblo marinero a las orillas del Mar Dorado, observa con suspicacia las aguas, especialmente las de su puerto y las del vecino río Onk. Cierto es que la historia de Bartulia se remonta miles de años atrás, cuando los primeros habitantes siguiendo el curso del río se establecieron en la costa, y también es cierto que desde los primeros asentamientos viven de lo que mar les da, sin embargo, pocos pueblos marineros sienten tanto miedo y admiración hacia sus aguas vecinas.



En los muelles de Bartulia todo son barcos de grandes dimensiones, y cada uno de ellos sin excepción, porta como mascarón de proa la talla en madera de un dragón de fauces dentudas, sonriente a su manera, y siempre amenazador. Cuando un foráneo pregunta porqué no hay botes en el puerto, le responden “en  Bartulia los construimos así” y cuando el foráneo repite la pregunta a un trabajador del astillero, éste calla, pero con la mirada señala a una réplica de Borboloi, el dragón de proa. Normalmente, recelosos del dragón, ante más preguntas lo arrojan al agua y de allí, sepa o no nadar, nunca vuelve: las aguas del Mar Dorado, a menudo tranquilas, se alborotan y se vuelven densas, tan densas que el preguntón grita y pide ayuda porque no puede nadar, tan densas que se solidifican y se vuelven dragón. Dragón traslúcido y acuoso, pero tan sólido y tan dragón como le corresponde a uno de los cinco dragones primigenios, Creadores y Amos del Todo: Borboloi I, Primer Dragón de Agua, Padre de Dragones.




“¿Te atreverías tú, extranjero, a echar tu bote al agua y pescar en sus aguas?”

En Bartulia pescan más allá del Mar Dorado. Ante sus mascarones se rinden bancos de peces y manadas de ballenas, y por ello todo pueblo costero los envidia en silencio porque saben que una mala mirada al mascarón de Borboloi o a la bandera de Bartulia atraerá al dragón hasta el agua más próxima, y con él les llegará una muerte acuosa y traslúcida, pero terrible.





miércoles, 12 de diciembre de 2012

Dragones: Kumbrenthor (1 de 5)



Son, los dragones, odiados mientras viven y añorados cuando, ya muertos, la nostalgia se acomoda entre las gentes. Así, lo que al principio era triste resignación a la negra sombra que surcaba el cielo entre chillidos y llamaradas, con el tiempo se convierte en un llevarse la mano a la frente para protegerse del sol y otear al horizonte -más allá de la estatua erigida al matadragones- cerciorándose, con algo de pena, que el imperio del gran lagarto llegó a su fin.

Por tradición oral y a fuerza de ver la estatua, posiblemente el nombre del matadragones se conserve mientras el pueblo se mantenga en pie, sin embargo, cada vez serán menos los que allende los viejos dominios del dragón recuerden más su nombre que el del propio dragón, puesto que a éste, ahora, lo sienten tan suyo que le dedican un hueco en la bandera y otro en el escudo.

El dragón se llamaba Kumbrenthor y en su verdosa enormidad, recogido sobre sí mismo, ocupaba lo que ocupa una montaña. Cuentan que más de un viajero llegó a recorrer metros y metros por su grupa hasta percatarse de que un ojo grande de pupilas amarillas observaba su avance: las más de las veces el viajero no lo contaba y como único testimonio de su existencia dejaba un vago olor a carne quemada flotando en la brisa. Algunas veces, las menos, un jinete avezado y suertudo, conseguía galopar sobre él y alcanzar la villa. Entonces, el pueblo era arrasado por las llamas de Kumbrenthor y el jinete pasaba a ser un indeseable muy mal mirado por las gentes de Pordok.

Jinetes achicharrados aparte, hoy, en Pordok es raro quien no cree que se viviera mejor en los tiempos del dragón Kumbrenthor. A fin de cuentas, era uno de los cinco dragones primigenios, Creadores y Amos del Todo. Y eso daba cierto caché. “Kumbrenthor I, Primer Dragón de Tierra, Padre de Dragones. Aficionado a la caza mayor, a la lectura y sobre todo a mimetizarse con las boscosas montañas de lugar. Muerto por un caza recompensas extranjero” Así comienzan los panfletos turísticos de Pordok. Continúan con mucha pompa realzando la bondad del dragón, obviando, claro, que al poco de crear el Todo, nada había que leer y que a menudo los cazados eran humanos que simpatizaban poco con el dragón primigenio.


sábado, 8 de diciembre de 2012

Helloween: Nabataea



El próximo 18 de Enero de 2013, Helloween lanzará su nuevo disco, Straight Out of Hell, del que ya se pueden escuchar por Internet Burning Sun…


… y Nabataea.

Me surgió la curiosidad sobre el origen de esta canción y como mi oído no está todavía preparado para transcribir la letra y tampoco la he encontrado “anywhere in the galaxy”, simplemente he buceado un poco por la Wikipedia para informarme sobre qué hay tras Nabataea.


Y hete aquí que los nabateos eran un pueblo de lo que se conoce como Oriente Medio. Su período de mayor esplendor se extendió desde el siglo IV a.C.  al I d.C. y remató en el 272 d. C .  tras el fracaso de la, en un primer momento exitosa, independencia (de Roma) y expansión militar de su Reina Zenobia.

Su primera capital fue Petra (la Alejandreta de Indiana Jones) y la última, Palmira.

Dejó aquí unos mapitas, para ubicarnos.


Por cierto, a finales de Febrero y principios de Marzo, traerán su gira Hellish Rock II (Helloween + Gamma Ray) a la Península: 28 de Febrero (Barcelona), 1 de Marzo en Madrid y 2 de Marzo en Bilbao



viernes, 7 de diciembre de 2012

Money talks

Mi primera "tira cómica" (o como quiera ésto que se llame). 

Desde que las crisis comenzó a dar sus primeros coletazos evidentes, han sido y son muchos los que insisten y re-insisten en contar en cómo hemos llegado a esto. A día de hoy, estamos bastante enterados de las razones (quizá no tanto de los nombres de los culpables, huidizos los más, de los focos mediáticos): burbuja inmobiliaria, familias endeudadas, y bancos, como casi todo el país, muy vinculado a financiar construcción y venta de casas. A esto, claro, habría que sumarle escasa investigación y con falta de apoyos (¿para qué, si estaba todo el país ocupado construyendo, vendiendo y comprando casas?).

Las soluciones para el país, queda patente, que no les interesan. Pesa más el devolver el dinero prestado a los acreedores, y, además de forma inmediata. En base a ello, recortan gastos, destruyen derechos y el presente y el futuro de mucha gente. Siempre, buscando "el bien común" y con cara muy triste, puesto que "es la única solución".

¿Bien común? ¿Única solución?...venga ya.

Doble clic sobre la imagen para ampliar



jueves, 6 de diciembre de 2012

Maitena style?

¡Oh, no! ¡oh, no! ¡Mi cabeza! ¿Cómo habré podido olvidar que Maitena es Maitena y no Mairena? Me habría ahorrado, buscando imágenes de sus tiras cómicas, ver fotos y fotos de Carmen de Mairena.

Afortunadamente, al fin, mi cerebro volvió en sí (supongo que para salvar a mis retinas de tan extravagente visión) y recordó su nombre: Maitena (dibujante argentina).

Dejó aquí un enlace a la página que habla de ella en la wikipedia y otro a su página oficial.

Cuando tiempo atrás la descubrí me llamó la atención su estilo y sobre todo la facilidad con la que dibujaba las caras y movimientos: un trazo simple y ágil, muy de mi gusto.

Basándome en el recuerdo que tengo de esas historietas, he hecho otro dibujo más. Espero que os guste.

Ahora que lo he escaneado...me doy cuenta de que la chica me ha quedado muy hombruna, jaja! Otra vez será mejor.



miércoles, 5 de diciembre de 2012

Chichi y Chocho



Sucede a veces que la educación recibida y cierto gusto en el vestir no son más que una fina pátina para encubrir la zafiedad y el mal gusto generalizado. Chichi y Chocho son buena prueba de ello:



martes, 27 de noviembre de 2012

Dulces sueños

Esta noche es la primera en la que Guille duerme con la luz apagada. Los padres ya lo han arropado y ya le han leído el cuento de Boogie, el oso astronauta. La madre, aún así lo nota intranquilo y le recuerda que es noche de luna llena y que en las noches de luna llena el coco se esconde.

Guille se encoge en cama, sólo se le ve el pelo. Es como una bola de ropa que da vueltas y vueltas tratando de dormir. Contar ovejitas no le ayuda porque apenas sabe contar y tampoco encuentra una correspondencia clara entre las ovejas y el sueño. Guarda silencio y duda de si llorar o llamar a gritos a su madre. Silencio. Sólo se oye el ritmo de su respiración, medio mocosa y algo…como una voz, afuera.

Asoma la cabeza y escucha. La voz es la de un desconocido, pero claramente llama “Guille, Guille”. Y Guille está aterrorizado. Las palabras se le atragantan y no puede ni llamar a sus padres. Se incorpora levemente con miedosa curiosidad y mira por la ventana. Al otro lado, mirando a izquierda y a  derecha con pinta de desesperación, el coco lo vuelve a llamar “¡Guille, joder, abre la ventana!”

Pero Guille no abre. Sólo es capaz de mirar, anonadado, al coco. Y el coco implora, impaciente. “¡Abre, Guille!”. Cada vez chilla más fuerte. Es raro que sólo él lo oiga. La luna está llena y en lo alto. Nada tiene sentido. “¡Por favor!”

Algo sale de entre los arbustos. Es peludo y por su forma de correr parece que no se decide entre correr erguido o a cuatro patas. Pero el caso es que corre detrás del coco alrededor de la casa hasta que lo coge y se lo zampa.

El hombre lobo mira a Guille desde el jardín y lo saluda. El coco ha muerto. Y Guille tiene más miedo que nunca.




lunes, 12 de noviembre de 2012

Consulta popular


Hoy quiero haceros una consulta relacionada con vuestros gustos a la hora de leer.

Viene a colación porque la gente que me comenta sus impresiones acerca del libro que publiqué recopilando relatos del blog y añadiendo alguno más, tienen un factor común: después de señalar que les gusta y animarme a que siga escribiendo, apuntan que los finales son demasiado abiertos y, en consecuencia, no entienden lo que quiero decir.

Me gustaría aclarar que, posiblemente y de forma inconsciente, me líe y no se entienda alguna historia, sin embargo, en la mayor parte de ellas, el que tengan circunstancias ambiguas y/o finales abiertos, es intencionado y con la finalidad de que el lector, poniendo algo de su parte, participe de la historia, haciéndola más suya.

Es cuestión de gustos, claro. Y algo me dice que ese "no entender" se debe sobre todo a no compartir el gusto por los finales abiertos. Por eso me gustaría conocer vuestra opinión:

¿Os gustan más los finales abiertos o cerrados?

Los relatos que podéis leer en el blog, ¿creéis que son demasiado abiertos?

¡Gracias!


lunes, 5 de noviembre de 2012

La Orden

Para indagar en los orígenes de esta Muy Secreta y Antigua Orden hemos de remontarnos millones de años atrás, justo hasta el momento en que los incipientes simios, apenas conscientes de su yo, escrutaban un planeta todavía joven y rebosante de claves primigenias.

Cuentan los sabios que entre estos homínidos de las cavernas había quienes dibujaban en las grutas sus avatares diarios y quienes plasmaban y ocultaban el poco pero precioso saber que el mundo les daba a conocer. Este último grupo, el de los inventores de la rueda, es sobre el que debemos poner la lupa en tanto en cuanto es el germen de la Orden.

Supongo yo, sin que mis fuentes lo nieguen, que sus fundadores configuraban un grupo simiesco y más bien peludo que con el tiempo fue afinando y recopilando más y más claves. A día de hoy, herméticos como son y recelosos de los no iniciados, eluden mi propuesta de estudiar sus libros secretos y sus obras. “A la vista están” responden.

Como nueva vía de investigación les propongo desplegar un atlas histórico y recorrer juntos, página por página, los principales monumentos y hechos. Y así, interpretando sus risitas cómplices como afirmaciones y sus caras de aburrimiento o indiferencia como acto de negación, llego a las siguientes conclusiones:

Podemos reconocer la huella de la Orden en las pirámides del Egipto faraónico o en las del México azteca. También podríamos reconocer sus claves y armonía en la arquitectura atlante y en cualquiera de las desaparecidas siete maravillas. Intuyo que del Coliseo Romano y del Partenón heleno también podrían hablarme largo y tendido. Sin embargo, se abstienen.

“Lo desaparecido, desparecido está”. Y como dicen en la Orden, haciéndose los distraídos, “por algo será”, dejando así entrever que no perdonan a los que se van de la lengua o los que hacen demasiado evidentes los conocimientos que sólo unos pocos estaban destinados a conocer.

Finalizada la entrevista y con una ligera sensación de irme con las manos vacías, me piden que espere. Como muestra de buena voluntad, dicen, hacen pasar a un miembro de la Orden, bajito, fuerte, que entra empujando una pesada esfera de piedra.

-“Procede con la demostración, Hermano”.

Y el hermano bajito y fuerte, que a su cinto lleva colgando un martillo, lo coge y comienza a pulir la bola, dando forma a lo que los no iniciados ni siquiera concebimos, pero que da nombre la arcana congregación: La Muy Secreta y Antigua Orden de los Cuadradores del Círculo.





jueves, 25 de octubre de 2012

Dualidad



De su pasado sólo sabemos que siempre ha vivido en la misma ciudad y que los pocos viajes que ha hecho apenas lo han alejado unos cuantos kilómetros de la ciudad de las bicicletas y los canales que tanto adora.

De su presente sabemos más cosas, pocas más, pensará la mayoría, y no tan pocas, juzgarán los que prestan atención a su pose de sofá, relajada y evadida, y a su mirada, que hace tiempo ha perdido el sentido del espacio contemplando la lluvia que cae y golpea la ventana del coffe shop, de inspiración árabe, en el que ha decido pasar las últimas horas de la tarde, rodeado de volutas de humo espeso y de una infusión de hierbas “bien cargadita, por favor”.

Casi podemos sentir, casi ver, cómo una silueta en todo igual a él, se yergue desde su cuerpo mientras él, con una sonrisilla, reposa la cabeza en la pared y la acompaña con la mirada mientras ésta baja la escalera, sale del local, a la lluvia, y antes de despedirse, con un gesto, le promete volver en breve.

Ha pasado una hora y el hombre sigue allí. Esperando, con mucha, mucha calma, entre infusiones bebidas e infusiones fumadas. Llegado un momento, vuelve la cabeza hacia la puerta y entra, apenas perfilada, la silueta. Parece que trae noticias.

En voz baja le cuenta que “Buceando en el canal dejé atrás las luces de las casas y las luces de las estrellas, y seguí bajando. Es profundo, más de lo que parece desde la superficie y, en el fondo, no es lodo lo que hay, sino brumas. Sí, brumas. Nubes espesas. Seguí bajando y me hallé rodeado de una oscuridad moteada de puntitos de luz. En el momento, tomé las luces por peces abisales, pero había una sensación de divinidad flotante que me llevó a pensar que había llegado al otro lado...”

 -Vaya…-dijo el hombre en bajito, con cara de sorpresa-… ¿y fue entonces cuando decidiste volver?

En la mesa de al lado, una pareja se volvió hacia él al pensar que hablaba con ellos. Al verlo tan ensimismado, como hablando con la nada, siguieron a lo suyo.


-No. Fue entonces cuando escuché una voz…una voz hecha de voces y llena de conocimiento. Y mientras volvía y atravesaba con ella el cosmos y las brumas, me contaba…que siendo yo un alma liberada y tú un cuerpo independiente…uno de los debe doblegarse al otro y vivir como su reflejo. Y no seré a mí a quien encierres en un espejo.




sábado, 20 de octubre de 2012

Vicisitudes submarinas



Dios, cocinero universal que todo lo sabe, entiende y organiza, descansó en el séptimo día y puso en orden sus pensamientos, ya bastante ordenados de por sí. Sacó dos cajas de ese sitio del que Dios saca las cosas y, en una de ellas metió todas las virtudes y buenas acciones de las que la humanidad sería capaz, además de una lista con los nombres de los virtuosos; en la otra, colocó los defectos y las malas acciones que la humanidad desarrollaría, y también una lista de nombres para identificar a los hombres malos. Separados por cajas, buenos y malos, su destino quedaba sellado.

Al finalizar el día, recogió Dios las cajas y mientras se deshacía para fundirse hacia el Más Allá contemplativo, una de las cajas, la de los malos, cayó al mar y la recogió uno de tantos monstruos acuáticos. La miró, la agitó en sus manos escamosas y le dio vueltas y vueltas hasta que la caja se abrió.

-¡Ju, ju, ju!- Se reía el monstruo al ver las más pérfidas y oscuras maldades de los humanos ya vivos y de los humanos por llegar. Y mientras rebuscaba entre los secretos y reía, las maldades flotaban y se extendían, contaminando a más hombres de los previstos y entristeciendo mucho al monstruo, que tras los primeros minutos, preocupado, dejó de reír.


martes, 16 de octubre de 2012

JOTT


Al principio no le prestó más atención que la que se le presta al vecino cuando en el ascensor habla del tiempo, o de su gato, que pobrecito, se ha tragado una bola de pelo y ahora tose. Le prestó la atención que se le presta a las cosas que los oídos oyen sin escuchar, los ojos miran sin ver y las lenguas chupan sin saborear. A fin de cuentas, salvo que seas Frankenstein, el agujero que deja un tornillo al caer no es para echarse las manos a la cabeza.

Lo curioso de este tornillo que decíamos  que se había caído, sin tener más pruebas para corroborarlo que el agujero de su ausencia, es que no sabemos su destino; además, fue el primero de una larga lista de lo que los ingleses llaman JOTT y que podemos traducir como “una de esas cosas”, interpretar misteriosamente como desapariciones extrañas o más prosaicamente como “he perdido tal o cual cosa”.

Dicho tornillo, antes de desaparecer, estaba incrustado en una puerta. Como Inés, dueña del tornillo, de la puerta y de la casa,  tenía más tornillos y más puertas –aunque sólo una casa- continuó su vida con normalidad tras la desaparición. Incluso cuando, uno a uno, el resto de tornillos se fueron camino del lugar al que van las víctimas de los JOTTS, Inés, imperceptiblemente intranquila, mantenía la sonrisa, la educación y la atención fingida cuando el vecino le comentaba que, fíjate tú, el gato además de pelo, había tragado una esponja y claro, estaba preocupado, porque al beber se hinchaba y al dormir parecía deshacerse en un charco de agua.

Llegó un momento en que la situación se le hizo demasiado grande como para ignorarla. Grande, no el sentido de presencia vs. no-presencia, puesto que la no-presencia ocupa menos espacio que la presencia y por tanto no puede ser grande o mayor que la situación de presencia anterior, sino en el sentido de la aleta que crece, emergiendo centímetro a centímetro del agua, y que no puedes ignorar salvo que quieras encontrarte con el tiburón bajo la aleta.

Fue entonces cuando decidió acudir a la policía…que reaccionó con risas cuando les contó que uno tras otro, le habían desaparecido los tornillos y a continuación la puerta. Decepcionada con los que en las películas americanas prometen servir y proteger, regresó a su casa mientras pensaba que podría reponer tornillos y puerta, pero el mal ya estaba hecho y, el misterio o la amenaza, en el aire.

Al llegar a su edificio se dio cuenta de que en el portal faltaban también los escalones y el ascensor. Llamó a los bomberos, les explicó su situación y les pidió ayuda para que la aupasen al piso con una escalera. También la ignoraron.

Afortunadamente, las clases de alpinismo le fueron de provecho y alcanzó la vivienda. No sin antes sorprender al gato del vecino devorando con regocijo misterioso y felino el buzón con su nombre, INÉS, haciendo desaparecer así un trozo más de su realidad.





domingo, 14 de octubre de 2012

De caza


Por muy buenos que sean tu equipo y tu preparación, si estás intranquilo, fallarás. Si estás en calma pero tu respiración es desacompasada, fallarás también. Necesitas suerte. Mucha suerte. Y aún así, cuando te dispongas a cazar, no tendrás garantía de éxito.

Hay quien se levanta temprano y antes de que salga el sol ya está más que dispuesto y –se cree- con todo a favor. Es la opción que eligen los que opinan que estas bestias salvajes, como las demás, duermen por las noches, y confían en sorprenderlas todavía durmiendo o aletargadas por el sueño.

La experiencia me dice lo contrario. Estas malas bestias velan noche y día y más te vale estar tan despejado como ellas si les quieres dar caza. Recuerda que por munición sólo tienes 28 letras y que únicamente de ellas te has de valer para capturar historias.

 

domingo, 7 de octubre de 2012

Querida mascota


Mantenía su mirada fija en un perro más bien gordecho, el tipo de perro que si se queda quieto mucho tiempo se podría confundir con un peluche relleno de espuma. Sin embargo, este perro de mirada tierna, movía el rabo y no tenía etiqueta.

Dobló sus rodillas para acercarse quedamente al can, que ladró bajito, ladeó su cabeza y se acercó al humano. Con mucho cariño, el perro le lamió la cara, le puso de nuevo la correa al cuello y se llevó a su mascota bípeda de vuelta a casa.




sábado, 6 de octubre de 2012

Dinosaurs of Rock

-¡Qué bonita! ¡Una rana con fusil!
-Es un dinosaurio con guitarra...
-¡Qué bonito!

Pues eso, que es un metalsaurio.

Hace una semanas me pedían que hiciese una lista de las canciones heavy / rock (no especialmente duras) que todo el mundo debería conocer. Y, por supuesto, que cupiesen un cd. Echo en falta el no haber incluído el "The wall" de Pink Floyd, pero por lo demás, estoy de lo más contento con mi selección (sí, el haber dejado de lado el Stairway to Heaven de Led Zeppelin en favor del Stars de Hear n' Aid es algo que pocos podrán entender, lo sé).

  1. Savatage: Handful of rain
  2. Metallica: Enter Sandman
  3. Megadeth: Symphony of Destruction
  4. Black Sabbath: Heaven and Hell
  5. Deep Purple: Highway Star
  6. ACDC: Thunderstruck
  7. Judas Priest: Breaking the Law
  8. Doro: All We Are
  9. Gary Moore: Over the Hills and Far Away
  10. Kiss: I Was Made for Loving You
  11. Nazareth: This Flight Tonight
  12. Queensrÿche: Operation Mindcrime
  13. Iron Maiden: Run to the Hills
  14. Rainbow: Long Live Rock n' Roll
  15. Neil Young: Rockin' In a Free World
  16. Hear n' Aid: Stars
Por supuesto, "la rana con el fusil" estaba en la portada ;)

miércoles, 19 de septiembre de 2012

...and now

Llevo todo el mes convenciendome de que voy a presentar algún relato a un concurso o dos. El tiempo pasa y también las fechas de presentación, por lo que al final, y si es que me presento, sólo lo haré a uno. La idea está lista desde hace ya un par de semanas. Incluso se me ha ocurrido otra, un tanto boba, y con un final de esos que tanto os gustan, de los que cuando me véis dudáis de si preguntarme o no "¿pero tiene sentido?".

Y ahí estamos, entre el deber y el placer, sin organizar quizá lo más importante: el ocio.

Seguiremos informando.



sábado, 8 de septiembre de 2012

En ruínas


En las calles, el polvo que el desfile había levantado se mezclaba con el que de vez en cuando estornudaba alguna que otra casa enferma por las explosiones y los disparos pero engalanada con banderas victoriosas.

La multitud, cansada ya de combatir y padecer, había aplaudido a un ejército entrante, que sonreía y saludaba, como creyendo que en vez de en tanques, llegaban a lomos de elefantes de circo.

Reunidos en la Plaza Mayor, gentes y militares escucharon el discurso del nuevo caudillo. Un nuevo dictador de vieja escuela -un tipo entusiasmadamente duro y sin tiempo para coñas, muy bueno en lo suyo: matar- que ante los micrófonos de la tribuna presidencial se enorgullecía de haber vencido cuando las estadísticas estaban en su contra y los números parecían darle la espalda. Un nuevo dictador de vieja escuela, que ante una ciudad perpleja, prometía fusilar a todo enemigo, empezando por los libros de matemáticas y siguiendo por todo aquel que supiese cuánto suman dos más dos.

martes, 4 de septiembre de 2012

Gerry Rafferty: Baker Street

Llevaba años intentando saber cómo se llamaba esta canción de lo que sólo sabía tararear el solo de saxofón. Curiosamente, gracias a una aplicación de esos aparatitos de este tonto futuro de Demolition Man en el que ya vivimos, he descubierto su nombre y su autor: Baker Street de Gerry Rafferty.

Espero que os guste tanto como a mí.

martes, 28 de agosto de 2012

Midnight letter



Cuando abrí los ojos todo estaba en orden a mi alrededor. El despertador marcaba una hora todavía temprana y del sol aún no había rastro. La puerta de mi cuarto, tan cerrada como cuando me acosté. Todo en orden, salvo que la luz estaba encendida, tenía un bolígrafo en la mano y un sobre encima de la almohada, casi rozando mi nariz.

“Léela cuando estés a solas”. A solas estaba, pero, somnoliento y desconfiado de la luz y del bolígrafo, tarde unos segundos en asumirlo. Inspeccioné las sábanas, miré bajo la cama y, finalmente, abrí la carta. Desdoblé el folio y me eché a leer:

¿Ya estás solo, verdad? Sé que esto te sonará extraño, pero lee atentamente y cree lo que digo, porque sólo tú puedes ayudarme, mas mis palabras son ahora mismo lo único que puedes tener de mí.

Aún faltan unas horas para el amanecer. Vístete, rápido. ¡Vístete, te digo! Necesito que salgas y corras al bosque. El sitio justo, no lo sé. Tú simplemente ve y ellos darán contigo.

Viajan en un grupo de doce, en sudarios y a pie, portando un ataúd. Llevan también una cruz y tratarán de entregártela ¡No la cojas! Sí, son la Santa Compaña, pero, respira. Respira. Si mantienes la calma estarás a salvo. Agacha la mirada, acércate al ataúd, empújalo, abre la tapa y echa a correr.

Saldré de la caja y te daré alcance.

Antes del amanecer estaremos de regreso y a salvo.

Tu alma.

martes, 21 de agosto de 2012

Ignorantes

Ciertas situaciones del día a día me resultan tan chocantes que las tengo que vomitar en algún lado para no morir de vergüenza ajena.

Situación:

Llega un cliente, pausado, tranquilo, de americana, poblada barba blanca y tez morena. Lo atienden educadamente y él, con la misma buena educación con la que entró, se va.

¿Normal? Sí, si no fuera por los comentarios posteriores de la oficina:

A: ¡Menos mal que lo atendiste tú! ¡qué miedo!

B: Sí, ya te ví, escondiéndote.

Metalsaurio: ¿Por qué tenías miedo?

A: ¿Tú viste qué pinta? ¡daba mal rollo! ¿a qué sí?

Metalsaurio: A mí me tenía buena pinta. ¿Qué le pasaba?

A: ¡Que tenía mala pinta! ¿A qué sí, C?

C: Sí, Metalsaurio, tenía mala pinta.

Metalsauio: ¿lo decís porque era oscuro? 

C: Pues sí.

A (de fondo): ¡era gitano!

Metalsaurio: tú también eres muy morena, podrías parecer gitana y no pasa nada.

A: no es lo mismo.


sábado, 18 de agosto de 2012

Tiempos re-modernos


“¿Se imagina que, aún pudiendo escribir, sólo le permitan leer? Yo no.”
Estas fueron las últimas palabras de Irving Intringulius en su primera comparencia pública. Las últimas palabras de una rueda de prensa con la que inauguraba una nueva era tecnológica, social y, ¿por qué no?, religiosa. 
A día de hoy tenemos claro lo que supuso aquel anuncio, pero por aquel entonces y pese al inicial bombo mediático, eran tan comunes los chascarrillos sobre el tema como lo habían sido en su día las chanzas sobre Darwin y la evolución. 
Total independencia, en el contexto en el que Intringulius lo usaba, tenía un carácter nuevo, con un ligero toque de terrorífico: movimiento, capacidad de análisis y decisión, adaptación, interacción con los semejantes y el entorno y, lo más increíble y más allá de la mera reacción a los estímulos, sentimientos. Si has vivido los últimos veinte años en la jungla, supongo que te encogerás de hombros y pensarás que eso precisamente es lo que significa la total independencia. También lo hubiese pensado yo antes de oírlo de la boca del Doctor Intringulius. Sin embargo, amigo, si te digo que Irving se refería a la posibilidad real de dotar de estas características a un robot, seguramente, te cambie la cara. 
“¿Se imagina que, aún pudiendo escribir, sólo le permitan leer? Yo no.” 
La pregunta a la que respondía con estas palabras era “¿Qué necesidad hay de avanzar en esa dirección?”. Está registrado en las hemerotecas, al igual que su respuesta. Sin embargo, en el monumento a su memoria está grabada una contestación diferente, más simple y reveladora: “Podemos hacerlo”. ¿Se falta a la verdad con este cambio? No lo creo. Simplemente se le saca brillo a una verdad y se concentran en una frase las explicaciones que posteriormente dio en varias entrevistas.
Hasta aquella primera rueda de prensa, disponíamos de robots, sí, y con su ayuda, al igual que con la ayuda de cualquier herramienta, nuestra vida se hacía más cómoda. Al principio eran poco más que instrumentos diseñados para cumplir una función concreta, pero con el tiempo, a medida ganaban en autonomía, ganaban también en funciones. Intringulius, al hacerlos totalmente independientes, les abrió la puerta a la consciencia y así, a saber que eran mucho más que números de serie y a darse de cuenta de las mayores capacidades de unos respecto a los otros.
Desde el punto de vista humano era un tema complejo, puesto que suponía crear vida o algo muy parecido a la vida, prácticamente de la nada, y el cómo abordar las relaciones con el mundo robot –hasta entonces incuestionablemente sometidos a nuestra voluntad- era un debate incómodo de sacar a flote. Desde el punto de vista religioso tampoco había un único criterio y unos les daban la categoría de criaturas de Dios y otros la categoría de herramientas, tan de Dios como un martillo.
El punto de vista robot –recordemos que también opinaban-, en un principio, se limitó a establecer distancias sociales entre unos y otros pero poco más tarde, se dieron cuenta de que diferencias aparte, todos eran esclavos y que los derechos y libertades humanas eran igualmente suyas, y que además estaban al alcance de sus manos por cuanto eran ellos los que controlaban, entre otras cosas, el poder militar.
Los consiguieron, claro.
Incluso desde mi mente de ecologista que ha peleado por los derechos de los animales, y por supuesto, convencido siempre de la necesaria igualdad de derechos entre humanos, me cuesta asimilar estos nuevos tiempos. A mis robots primitivos no les cuesta, más bien ni les va ni les viene, y me sirven con diligencia; en cambio, a los robots de afuera, esos que acechan mi hogar por retener a cautivos robots inconscientes, a esos no les cuesta sumarse al cambio…les resulta tan llevadero que hasta se permiten mantener con paciencia y risas –nuevos dones de su Dios Irving- un asedio a mi hogar, hasta que claudique y me entregue, o muera de hambre y frío.


viernes, 17 de agosto de 2012

El jardín cucudrúlico V


Miles de miopes telescopios apuntan hacia donde los científicos creen situar el jardín cucudrúlico, sin éxito: Los telescopios terrestres alcanzan hasta donde la frondosa vegetación dice basta, y, los telescopios espaciales, tropiezan ridículamente con su propio margen de error.

-Los humanos, sus geografías y sus aparatos…- murmura desde una roca el dragón azul que fuma en pipa y es feliz, al tiempo que menea la cabeza y expulsa una voluta de humo que forma en el aire las notas musicales con las que expresa el bicho- te están buscando, animalillo.

-Que busquen –dice el dinosaurio riendo. Sus pies a remojo en la charca cucudrúlica hacen ondas y las ondas acarician a los fieros cucudrulos, cucudrulas y cucudrules que flotan sin más ocupación que saber que la luna se refleja en sus plateadas panzas cuando nadan boca arriba.

Un leve bip, bip…parece tomar forma en una sala de investigación. Viene de más allá de lo físico y golpea a los sensores, despacio y tétricamente. Los científicos vuelven redireccionar sus telescopios sin saber muy bien hacia donde dirigirlos. Varios cazas militares cortan los cielos en busca del origen, con un seek & destroy como misión.

-El puto dinosaurio…anda suelto…otra vez…-comentó un piloto americano a otro ruso.

Y en el jardín, donde sólo se escucha lo que paz inspira y lo que la paz sugiere, el Metalsaurio siente, aburrido, cómo van y vienen los humanos con sus objetivos definidos pero absurdos y sus métodos torpes pero pomposos. Siente que el tiempo de esos pequeños simios no son más que las muescas con las que agobiados cuantifican lo vivido y que las muescas hechas o por hacer importan menos que el cuando mear o el cuando reir.

Miró el dinosaurio metálico al horizonte, más allá de la vegetación fluorescente, y descansó su mente en el mar. Sin tiempo. Tranquilo. Chasqueó los dedos y, allá en lo físico, saltaron las alarmas y varios perros aullaron. De Nagasaki a Tombuctú.

-El puto dinosaurio…anda suelto…otra vez…-comentó un piloto ruso a otro americano.



lunes, 6 de agosto de 2012

Shagga, the Stone Crow

"A Stone Crow's axe is always sharp, and Shagga's axes are shaperst of all. Once I cut off a man's head, but he did not know it unitl he tried to brush his hair. Then it fell off". (Shagga, the Stone Crow)
  
A Clash of Kings, George R..R. Martin


miércoles, 1 de agosto de 2012

M. Manson: Atonishing Panorama of the End Times

...Quería subir el Organ Grinder de Marilyn Manson, pero no he encontrado ninguno de buena calidad...va como suplente el Atonishing Panorama of the End Times, también del Reverendo MM (el señor Emanems), hecho de muñecos de plastilina, que siempre mola.

miércoles, 4 de julio de 2012

Explorando horizontes (3 de 3)

Capítulos anteriores: I y II

Búfalos y dromedarios lo llevaron hacia las tierras donde ya se confundían las lindes de Asia con las de Europa. También tomó barcos y trenes hasta llegar a su destino.

Nada más concreto y confiable que la piedra, en ella está la clave, pensaba Pierre, que cada noche seguía tocando a Dios con sus dedos oníricos y en cada amanecer se le escapaba entre el pincel y el lienzo. Nada como Florencia. Algún Buonarroti quedaría por aquellos lares -sino allí, en Caprese- cuyos recuerdos familiares lo iluminasen y le abriesen la puerta al mundo del que su ancestro Miguel Ángel entraba y salía con la misma facilidad que pintaba los cuadros y tallaba estatuas.

Caminó por las calles, preguntó a los paseantes y también en las tiendas. Encontró el taller casi a las afueras de la ciudad, con un letrero que rezaba un simple “Scuola Buonarroti”. Y entró.

Los alumnos, de mandilón cubierto de polvo o pintura, según su ocupación, apenas le dirigieron una mirada. El único que le prestó algo de atención fue un barbudo señor que cincelaba un bloque de piedra. Mármol, seguramente.

-¿Es usted el maestro Buonarroti?

-El mismo.

Pierre le contó sus sueños, le mostró sus lienzos y, con interés, el Buonarroti del siglo XIX, asentía comprensivo. Lo miró con cierta preocupación cuando le razonó sus pretensiones “y si, inspirados por Él, podemos expresarlo de diferentes formas artísticas…también habrá una forma de convertir nuestras obras en Dios, de invocarlo, ¿no?...alguna piedra filosofal que haga trascender el arte hasta el Más Allá moldeando a Dios según nuestros deseos…”

Buonarroti alcanzó una de las piedras que habían caído al suelo al golpear el bloque con el cincel.

-¿Te refieres a una piedra como esta?

-Si es mágica, sí.

-Muchacho, ésto es lo que buscas. Coge tu pincel y da tres pasos atrás.

Pierre, obediente, retrocedió unos pasos. Los alumnos observaban de reojo. Buonarroti inclinó su brazo derecho hacia atrás, tomando impulso, y a continuación, con fuerza, lanzó la piedra a la frente de Pierre que, conmocionado, cayó al suelo. Avanzó hacia Pierre, se inclinó sobre él y en su oído, con la voz hecha un susurro, le dijo “Cuando estés junto a Él, píntalo a tu antojo. Luego me cuentas”



sábado, 30 de junio de 2012

Explorando horizontes ( 2 de 3)

Capítulos anteriores: Primera parte

Pierre, el pintor olvidado que cada mañana en Montmartre pintaba La Creación de Adán y anhelaba comprender sus sueños, echó a andar hacia el puerto de Le Havre. En algo más de una semana, comprobó que el cielo era más azul junto al mar y el aire más puro. También, que las velas de los barcos que atracaban o partían insuflaban libertad a los sentidos, cobrando verdadero significado el Liberté, égalité, fraternité. 

Encontró trabajo y pasaje en uno de tantos barcos que iban y venían de Francia a Oriente, y navegó de puerto en puerto hasta que se hizo más apropiado el continuar primero en globo, con el hermano Montgolfier extraviado, y después en caravana, a lomos de animales cada vez más extraños. El último tramo, más duro, lo hizo a pie por caminos estrechos y verticales, que serpenteaban de templo en templo. 

Los monjes, poco acostumbrados a las novedades, lo miraban extrañados, y él, curioso, los miraba a ellos, tratando de atisbar en sus ojos y en las salas tras ellos al dios que buscaba. Les mostró un lienzo, el último que pudo pintar en su etapa de marinero, más fluido en el trazo y más real en el sentimiento, para que lo orientasen. Señalaron, sin excepción, a un templo todavía más elevado. 

Allí, a Pierre lo vistieron con una colorida túnica y le raparon la cabeza. Le enseñaron la historia de Buda, las Cuatro Nobles Verdades y el Karma. Por su parte, él, a solas, bebía la poca absenta que le quedaba y meditaba. Investigaba su interior -casi lamiendo el Nirvana- y el exterior –sala por sala, de templo en templo- y llegó a conclusión de que Dios no estaba dentro ni fuera, sino más allá. 

Recogió sus pocas cosas y huyó, de regreso a Europa.

viernes, 29 de junio de 2012

Explorando horizontes (1 de 3)


Llegó a Montmartre a principios del XIX, cuando la bohemia del barrio francés emitía sus primeros balbuceos, y el opio, aunque de tapadillo, era fácil de conseguir. Cada noche, fumaba, bebía y se bañaba desnudo en el Sena. Al borde del colapso, Pierre volvía a su pequeño estudio y en cama, mojado, soñaba que, como el Adán de la Capilla Sixtina, tocaba con sus dedos los dedos de Dios.

Pierre, que sólo una vez, y de pasada, había visto La Creación de Adán, la pintaba y la vendía todas las mañanas -más mística pero más real a cada amanecer – y con los pocos francos que conseguía y con los que, desde el pueblo, le enviaba su familia, malcomía y maldormía en la colina bohemia. Cuando tenía ocasión, se paraba a hablar con los artistas vecinos –con Arlette, la misteriosa poetisa de Nantes; con Baptiste, el bigotudo pintor de Calais; con Carolanne, la alegre cantante de Reims, etc. - …y aunque con sus obras todos daban vida a sus sueños, ninguno de ellos soñaba lo que él.

-He buscado también en Notre-Dame. Tanto afuera como dentro, todo allí parece hablar de Él, pero por más que lo busco, no lo encuentro.

-¿Te refieres a Dios? –Recostada en la hierba de un parque, Arlette conversaba distraída, observando en el aire cosas que sólo ella veía- Es escurridizo. –Se quedó callada, miró a Pierre- ¿Has oído hablar del Qomolangma Feng? Es una montaña. Dicen que está en Oriente, más allá de Jerusalén y de Persia. Pues bien, en esa montaña hay multitud de templos…en uno de ellos, rodeado de monjes silenciosos, vive Él.


lunes, 25 de junio de 2012

Asistencia médica


Tras el escritorio, mesándose la barba con el índice y el pulgar, el médico se recostó en el sofá. Cierta confusión empapaba sus gestos y azoraba su rostro académico. A duras penas tragaba saliva. A duras penas respiraba con normalidad.

Enfrente, al otro lado de la mesa de madera, el paciente empezaba a sudar ante la falta de diagnóstico.

-Dice usted que le duele el corazón –volvía a asentir el médico, recapitulando.

-Sí.

El médico cogió una vez más las radiografías y las contempló a contraluz. A continuación, dirigió su mirada hacia el ordenador.

-Sin embargo, su corazón está en orden. Tampoco lo achaco a depresión o ansiedad pues se le ve bien y tranquilo. A lo mejor me equivoco, claro… ¿cómo se encuentra?

El paciente, aunque algo nervioso, se encontraba bien y se lo confirmó asintiendo y con un “sí”.

El médico se revolvió en su asiento, incómodo. Una negativa se lo hubiese puesto más fácil. Una receta con ansiolíticos, una firma y un “vuelva en quince días” lo hubiesen resuelto. Tomó aire profundamente y, poco a poco, al soltarlo, una idea llegó a su mente. Se levantó y buscó en la estantería hasta dar con el libro adecuado.

De nuevo en la mesa, hojeó rápido el pesado volumen y plantó su dedo en una de las primeras páginas. Con una sonrisa, tendió el libro hacia el paciente. “Lea esto…y vaya hacia la camilla, por favor. No, no es tan grave. Está usted enamorado. En cuanto le hagamos un exorcismo estará como nuevo”.