domingo, 7 de octubre de 2012

Querida mascota


Mantenía su mirada fija en un perro más bien gordecho, el tipo de perro que si se queda quieto mucho tiempo se podría confundir con un peluche relleno de espuma. Sin embargo, este perro de mirada tierna, movía el rabo y no tenía etiqueta.

Dobló sus rodillas para acercarse quedamente al can, que ladró bajito, ladeó su cabeza y se acercó al humano. Con mucho cariño, el perro le lamió la cara, le puso de nuevo la correa al cuello y se llevó a su mascota bípeda de vuelta a casa.




2 comentarios:

Ángeles dijo...

"...este perro de mirada tierna movía el rabo y no tenía etiqueta."

:-D

Metalsaurio dijo...

Fíate lo justo de los perros ;) al final, entre darles de comer, pasearlos y vacunarlos, bien podría pensarse que los amos son ellos, ¡jaja!