lunes, 1 de diciembre de 2014

Lección de Marketing

Había una vez un joven dinosaurio que asistía a una clase de Marketing. La profesora preguntaba cosas obvias y desesperaba cuando nadie le respondía, al interpretar que el silencio se debía a la ignorancia de sus alumnos…en vez de suponer que simplemente no se dignaban a responder obviedades. 

Un día la profesora alabó la estrategia de Marketing de Madonna, ya que a través de la provocación conseguía hacerse notar y sobresalir. El dinosaurio, que se había levantado respondón y metálico, mostró su desacuerdo. 

…A día de hoy, creo que la razón de fondo de mi protesta era que un ejemplo sobre una diva pop no me iba. Tampoco la profesora me iba. Argumentaba yo que provocar es sencillo, y aunque se consiga llamar la atención, a mi modo de ver eso no lo equipara con el marketing. Por supuesto, ella no estaba de acuerdo. Y yo no estaba dispuesto a dar mi brazo a torcer. 

Hoy, hubiese actuado distinto. Estaba claro que la protesta no me iba a llevar a ningún sitio y, además, comparto que si era provocación lo que Madonna quería transmitir, pues lo que debe hacer es provocar. Y tiene el mérito de conseguirlo, ya que otros lo habrán intentado sin lograrlo. 

...Y sin embargo, aún hay algo que sigue sin agradarme del todo. Posiblemente sea la imagen de querer provocar porque sí, sin más razón que el querer llamar la atención. Otra cosa sería que si, derivado de tu forma de actuar, llamas la atención, pues bienvenido sea: construir a partir de ahí tu estrategia de marketing me parece muchomás legítimo. 

Me acuerdo ahora de todo esto a raíz del siguiente vídeo que muestra a “varias mujeres leyendo mientras un vibrador las lleva al orgasmo”. Quien está detrás de este vídeo no es Madonna, sino Clayton Cubbitt

 

Y dejando de lado las estrategias de Marketing… ¿es arte todo lo que llama la atención?


domingo, 12 de octubre de 2014

Tentando a la suerte

Aún sin ánimo de inmiscuirme en conversaciones ajenas, a veces me llegan fragmentos de lo que otros hablan y esas cosas a veces me dan que pensar. Hará cosa de un mes, ante una vendedora de la ONCE, una pareja se detuvo y uno le dijo a la otra: "voy a tentar a la suerte". Sé que es una expresión sobradamente utilizada y que únicamente significa "voy a probar suerte", pero lo que vino a mi mente fue la imagen de alguien tratando de seducir a la  Diosa Fotuna de una forma bastante tosca. 

Y como resultado (desconozco si ese cupón resultó premiado) de esa escena, nació este dibujo:



Espero que os guste :)


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Pay attention (¿Pagas o prestas?)



Hoy vengo filósofo. 

Con ínfulas de experto en lingüística comparada o algo así. Y con ganas de contagiaros. 

Cuando me preguntan si se inglés, respondo que me defiendo. Que puedo pedir de comer, de beber y "de dormir". Pero en realidad, sin llegar (ni de lejos) a ser un experto, me defiendo bastante bien, Y más allá de conocer lo necesario para alimentarme y dormir, conozco alguna expresión que  al compararla con su equivalente castellano me da que pensar.

Me refiero a su "Pay attention". Siempre me ha parecido muy sonoro. "Pay attention, please"...y se paraliza la clase de inglés. "Pay attention, please"...y un manto de silencio cubre a los alborotadores. 

Lo de que sea una expresión muy sonora tiene un mérito relativo, puesto que el inglés es un idioma sonoro de por sí. Digas lo que digas, suena bien. A veces, incluso aunque lo pronuncies mal. Un idioma muy metálico, decía Paul Auster (de quien no tenía noticias de su tendencias heavy metaleras). Quizá por eso el rock y el heavy de toda la vida, sea en la lengua de Shakespeare.

Pero...pay attention...olvidémonos por un momento de su sonoridad y centrémonos en su significado estricto: pagar atención. ¿Pagar atención?...Ejem...

De ésto, a mi entender, se desprenden 3 cosas:

1ª A la hora de comprar algo, puedes pagar en monedas, en billetes...o en atención (y vete tú a saber en qué más)

En un supermercado:
-How much are these apples?
-Two pounds
-Pounds? I pay atttention!

¿Para qué llevar dinero encima si puedes pagar con atención?

2ª El objeto del pago...¿tan valioso es que necesita ser pagado? ¿Acaso significa que alguien ofrece conocimiento (o algo digno de ser escuchado) a cambio de que otro alguien demande ese conocimiento y pague con su atención? Oferta y demanda. Casi todos los ámbitos humanos se reducen a la interacción entre oferta y demanda, pero el hecho de hacerlo tan "monetario" suena demasiado feo.

Curiosamente, en castellano, se empieza a sustituir un "estoy de acuerdo" por un "te compro" y un "no estoy de acuerdo" por un "no compro". Es cuestión de tiempo que en un próximo San Valentín dos enamorados se digan mutuamente "te compro" mientras el símbolo del euro se dibuja en las nubes. Precioso....

3ª ¡No pagues atención! ¡En España puedes prestarla y a continuación te la devuelven! Es curioso que en el mundo anglosajón pretendan hacer pagar con atención mientras que en castellano basta con prestar atención (lo que implica que si alguien presta, a continuación le devuelven). Desde luego, me quedo con la opción castellana: menos agresiva (nadie exige a nadie un pago), menos monetaria (dado que habitualmente se paga con dinero, hablar de pagar supone referirse, aunque sea indirectamente, al dinero; y no hay necesidad de referirse al dinero cuando sólo se pretende atención) y más "atenta" (se supone que si pagas es porque te lo puedes permitir, y si pagas atención porque te lo puedes permitir ya que tienes más a repartir entre varios temas...es que en el fondo estás a varios temas y atiendes poco; "prestar atención" me sugiere volcar todos los sentidos en el objeto de interés, con la tranquilidad de que esos mismos sentidos se podrán volver a utilizar una vez que termine el préstamo).


sábado, 16 de agosto de 2014

Ser o no ser (crear o no crear)

Hace poco me he reencontrado con un amigo de los que tienen inquietudes artísticas. Lo saco a colación porque cuando hablamos de arte estamos habituados a consumir y no a crear, a demandar y no a ofrecer. Así que cuando me encuentro con alguien de los que están en el lado de los que ofrecen, me alegra considerablemente.

Me consta que tiene ideas pero no las plasma. 

-¿Qué tal con tus guiones de cine? – pregunté.
-Buff…tengo un montón de ideas…pero escribir duele.

Y claro que duele. 

A veces, escribir supone bajar a la mina a por oro. Otras, cuando todo fluye, no supone más que estirar los brazos y traer una porción de cielo.

miércoles, 30 de julio de 2014

Cliffhanger



En la entrada anterior mencionaba que estaba haciendo un curso de novela. En él se señalan varias cosas interesantes, entre ellas, el cliffhanger. Sí, una técnica con nombre de deporte de riesgo, y que en castellano significa “al borde del abismo”.



El cliffhanger consiste en cerrar un capítulo (o episodio de serie televisiva) en un momento álgido para azuzar al lector a pasar al siguiente capítulo lo antes posible. Es una técnica interesante y usada ya de viejo, a pesar de su nombre: por lo que tengo entendido en las novelas publicadas por folletines (algo habitual en el Siglo XIX) cada capítulo finalizaba manteniendo el suspense. Lógico, ya que se trataba de fidelizar al lector.

Advierten en el curso del peligro de abusar de este recurso porque puede provocar que el lector se canse. Incluso, añado yo, los aficionados a las emociones fuertes, que disfrutan del puenting, es bastante probable que aborrezcan saltar un elevado número de veces, varias veces al día o a la semana. Seguramente acabarían aburridos o de los nervios.

Soy consciente de que uso el cliffhanger, si bien, hasta ahora no sabía su nombre. Sé que finalizo más de una historia con una sorpresa y, así, contravengo la recomendación del “final tranquilo, la vuelta a la normalidad”. Mi objetivo es dejar a la imaginación al lector esa vuelta a la normalidad. El resultado, más habitual de lo que me gustaría, es una pregunta: ¿Acaba así? 

Sí.

Pero tranquilos todos, que a partir de ahora trataremos de llevar paracaídas al acercarnos a los más altos abismos. 



miércoles, 9 de julio de 2014

...y empecé a escribir

“Si era capaz de transcribir un par de ideas medianamente interesantes, al menos podría decir que había empezado a hacer algo, aunque lo dejara al cabo de veinte minutos y no volviera trabajar más en ello. Así que quité el capuchón a la pluma, puse el plumín sobre la primera línea de la primera hoja del cuaderno azul y empecé a escribir.”

La noche del oráculo. Paul Auster.

A veces trato de excusarme y busco aquello que justifique el por qué no escribo. Las más de las veces lo arreglo con un “cuando tengo ganas, no tengo tiempo y cuando tiempo no tengo ganas”. Pero cada vez me siento menos a gusto con esa explicación: El tiempo se busca y las más de las veces somos capaces de encontrar un hueco siempre y cuando estemos convencidos de querer encontrarlo. 

Desde que dije aquí que lo escribiese no lo subiría al blog apenas he escrito: 3 capítulos más de la princesa Bernalda (mi intención es llegar a 10). Y difícilmente lo puedo justificar con la falta de tiempo. Así que, si hago caso a mi razonamiento de que “cuando tengo ganas, no tengo tiempo y cuando tiempo no tengo ganas”: sólo puedo achacar mi no escribir a la falta de ganas.  

Es curioso porque las ideas sí que están ahí. E incluso estoy haciendo y terminando un curso de novela (una de esas cosas de las que siempre he renegado en mi fuero interno por considerar que “el que vale, vale…y el que no, hace cursos de escritura”), precisamente por ganas de hacer y mejorar. 

…Dinosaurio, dinosaurio…que se nos está volviendo un vagoneta… 

Ya es hora de ponerse las pilas. 

Y agradecerle al blog el ayudarme a escribir.



martes, 20 de mayo de 2014

MIGUEL COSTAS: DIFERENTE (SALA SUPER 8, FERROL)



Hoy venía con ganas de escribir. No recuerdo exactamente sobre qué, así que en parte estoy agradecido a que la actualidad se haya impuesto. 

En la penúltima entrada publicada comentaba el concierto de Miguel Costas en Ferrol. Decía que entre otras muchas canciones habían tocado una nueva canción Diferente, cuyo videoclip prometían subir a youtube. Muy ilusionado yo, semana tras semana –en ocasiones, varias veces por semana- consultaba la página de Miguel Costas, su canal de youtube, su Facebook…a la espera del nuevo vídeo.

Y así he estado hasta hoy. Vaya por delante señalar que la canción, respecto a la versión de estudio que han hecho -genial de por sí-, gana muchísimo en directo. Pero eso…en fin, no es importante. Lo que cuenta es que el vídeo está listo y que salgo en él. Sí, medio cuerpo, muy de refilón, pero ahí estoy. 

Soy el dinosaurio de camiseta azul que se ve en el minuto 2:14 (a la derecha de la imagen). Como todo buen dinosaurio, difícil de ver. 

En el minuto 2:26 sale una chica guapa.
¡Saludos chica guapa!

 


¡Diferente, Diferente!
¡Enorme, Costas!

lunes, 31 de marzo de 2014

Miguel Costas en Ferrol (21/03/2014 Sala Super 8)

Hace unos días, el 21 de Marzo, tocaba Miguel Costas en Ferrol. Y, por fin, tras muchas ocasiones en las que estuve a punto de verlo en directo en la ciudad “donde se acaba el mar”, lo conseguí. 

Llegué pronto. Puntual, a las 10:30, que era la hora de comienzo del concierto. Nervioso, porque como he dicho alguna vez, he crecido escuchando y canturreando sus canciones. Y sigo haciéndolo. Preocupado también, porque tan temprano, en la puerta, sólo éramos 5…y claro, ¿qué iba a pensar Costas? 

Supongo que Costas estaría contento: La sala se llenó, de cabo a rabo. Y yo, más contento todavía: al llegar pronto conseguí un sitio delante muy cerca de donde tocaban Costas y cía. 

Del repertorio me acuerdo muy por encima: sobre todo temas del último disco, de su etapa de Siniestro Total y alguna cayó también de su época en Los Feliz. Las canciones que se me vienen a la memoria son Más madera (¡Más madera, más madera, puñetera diversión!), No me da la gana, Di que no, Día de matanza, Vil Norberto, Bipopilaba, El botellón, Hasta los güevos, Yo estoy bien tú estás gordo, Nocilla qué merendilla, Todos los ahorcados mueren empalmados, Pueblos del mundo, Bailaré sobre tu tumba, Miña Terra Galega…y Diferente.

¿Diferente? Sí, esa canción que es tan nueva que todavía no está en ningún disco. Primero la tocaron una vez, para que nos la aprendiésemos y después grabar un videoclip con nosotros de público. Como iban pasando el micrófono de unos a otros para que cantásemos una frase y me tocó una (no sé qué tal habrá salido, jeje) y al estar en las primeras filas, tengo la esperanza de figurar en el videoclip, pero a día de hoy no lo han hecho público (o sea, que no lo han subido a youtube) y sólo me queda esperar y seguir cantando sus canciones por casa o donde se tercie. 


sábado, 8 de marzo de 2014

Valentina Tereshkova



¡Qué entrada más apropiada para este día! Y casi sin proponérmelo:

La entrada estaba prevista para el pasado jueves 6 de Marzo, para hacerlo coincidir con el cumpleaños de su protagonista. Pero no pudo ser. Y el publicarse hoy lo hace igual o más idóneo, ya que hoy, 8 de Marzo, es el día de la mujer trabajadora y voy a hablar de una mujer, trabajadora y respetadísima. Valentina Tereshkova.

Su nombre debería ser uno de los primeros que se nos vienen a la cabeza en cuanto hablamos de las primeras gestas espaciales. Yuri Gagarin, Neil Amstrong...son muchos los que se quedan ahí. Y según su nacionalidad, alguno recordará al astronauta patrio de turno. En el caso de España, tenemos a Pedro Duque.

¿Y Valentina Tereshkova? Está entre esos primeros nombres, sin embargo, parece que nos cuesta algo más recordarlo. Valentina, es la primera mujer que viajó al espacio, allá por 1963. El 16 de Junio para ser más exactos.

A raíz de un podcast de una página que sigo me entraron ganas de leer algo sobre su vida en la Wikipedia. Siendo ella un icono soviético y de la carrera espacial, su nombre me resultaba importante, pero del pasado. Y así, la daba por muerta.

Sin embargo, Valentina está vivita y coleando: cumplió 77 años este jueves. Hace nada, ha sido la abanderada en los juegos de invierno de Rusia, y a día de hoy se dedica a la política. Y, la verdad, es que me alegro mucho.
¡Felicidades, mujer! ¡Felicidades, Valentina!


Valentina Tereshkova voló en el Vostok 6 (no en un Sputnik)