Hace poco me he reencontrado con
un amigo de los que tienen inquietudes artísticas. Lo saco a colación porque cuando
hablamos de arte estamos habituados a consumir y no a crear, a demandar y no
a ofrecer. Así que cuando me encuentro con alguien de los que están en el lado de
los que ofrecen, me alegra considerablemente.
Me consta que tiene ideas pero no
las plasma.
-¿Qué tal con tus guiones de cine? – pregunté.
-Buff…tengo un montón de ideas…pero escribir duele.
Y claro que duele.
A veces, escribir supone bajar a
la mina a por oro. Otras, cuando todo fluye, no supone más que estirar los
brazos y traer una porción de cielo.