jueves, 13 de diciembre de 2007

Love & Death in L.A. in late 80's

En uno de tantos garitos rockeros de L.A. ciudad sonaba el diso que iba a llamarse Sons of the Beaches y acabó llamándose New Jersey “…cause you were born to be my babe and, babe, i was born to be your man…”.

La vista desenfocada que regalaban unas cuantas Budweiser demás y la neblina de alquitrán y tabaco que emanaban tantos y tantos cigarros proporcionaban a la sala de conciertos, ese día sin actuación, el ambiente en el que mejor se desenvolvían los rockeros del barrio. Unos billares y un poster de Samantha Fox en cada pared completaban la decoración del local.

Una barra, un codo apoyado sobre ella y una melena cardada que no paraba de beber cerveza, pidió otra, felizmente borracho:

-Ponme otra, Dana.

Dana, rubia y tetona, le sirvió otra. Estaba acostumbrada al ritual etílico de su hermano. Horas más tarde, gritaría que se iba a follar a la camarera en su cadillac, y ella, cómo no, tendría que llevarlo a casa, tumbarlo en cama y darle a su osito de peluche, Rambo, para que lo abrazase mientras dormía la mona.

-Daaaaaana, ponme otra, anda…

Dana, rubia, tetona y hermana compasiva, le sirvió otra. Jim, volvía a beber y ya iba a decirle a su compañero de barra lo de “¿Ves a la camarera? La rubia…Me la voy a follar en mi cadillac” cuando se dio cuenta de que a su lado, cosa extraña, había una melena cardada, sí, pero esta vez era de una chica. Sólo acertó a farfullar unas palabras inconexas que la diosa rockera no alcanzó a escuchar pero sí a intuir:

-camare…folladillac…eh…eh…mierda

Decidió que un solo con su guitarra inexistente le daría el aspecto aguerrido que buscaba en ese momento, que salvaría la situación, que de todas formas, nada podía ir peor. Su nueva compañera alcohólica, sonrió:

-Me llamo Shine.

-Yo soy Jim.

“Shine, qué bonito.” pensó Jim, mientras traspasaba la frontera de lo ridículo junto a Shine al ritmo de sus dos guitarras de aire y alcohol. “Y está tan borracha como yo”

-Es un sueño, ¿verdad?

Shine rió. Su risa no tenía nada de onírica. Volvió a sonreír:

-Prueba a despertarte, si sigo aquí, es que soy real.

Al despertar, a la mañana siguiente, Rambo volvía a mirar a Jim con sus ojos negros y redondos.

-Daaaaaaaaana!!!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Folladillac: jajajajajajajajaja...

Anónimo dijo...

Yo podría haber estado sentado en ese bar

Metalsaurio dijo...

Hombre, Mesías, qué bueno "verte" por aquí!

Encajas perfactamente en este bar, sí :)