Historia escrita por Chuzomanuel (aquí queda un enlace a su inactivo pero muy recomendable blog) el 28 de Noviembre de 2007. Aquí queda, con su consentimiento, claro. Espero que os guste tanto como a mí. Hace tiempo publiqué otra historia suya, llamada "A las 3 y 13", de la que también os dejo el enlace.
Fumabas y eras un cerdo, tanto que te tirabas pedos de humo y tu mierda era igual a la ceniza putrefacta que se queda impregnada en los ceniceros de agua. Dabas asco, campeón: colilla, especie de deshecho humano.
No recuerdo tu nombre, pero sí tu olor. Se te olía venir a kilómetros de distancia. Aunque no sé a qué venías... quizá a fumar y a soltar bombas de gas por el ano simplemente, no lo sé... Odiaba salir a la calle con un pitillo y tener que compartir ese precioso momento contigo.
He de reconocer que el día que te echaron sentí un gran alivio. No está bien eso entre compañeros, pero es que no había quien aguantara en el departamento cuando tú andabas por ahí. Era tal el hedor que algunos vomitaban, y a éstos les seguían otros, y así hasta el infinito...y era un asco ir pisando charcos de devueltos varios.
En fin, que no tengo ni idea de qué habrá sido de ti, ni me importa... pero me voy a encender un cigarro y a tirar cien pedos a tu salud; porque seguro que tras esa burbuja inmunda que te envolvía se escondía un gran tipo... y qué coño: todos tenemos nuestros vicios.
Fumabas y eras un cerdo, tanto que te tirabas pedos de humo y tu mierda era igual a la ceniza putrefacta que se queda impregnada en los ceniceros de agua. Dabas asco, campeón: colilla, especie de deshecho humano.
No recuerdo tu nombre, pero sí tu olor. Se te olía venir a kilómetros de distancia. Aunque no sé a qué venías... quizá a fumar y a soltar bombas de gas por el ano simplemente, no lo sé... Odiaba salir a la calle con un pitillo y tener que compartir ese precioso momento contigo.
He de reconocer que el día que te echaron sentí un gran alivio. No está bien eso entre compañeros, pero es que no había quien aguantara en el departamento cuando tú andabas por ahí. Era tal el hedor que algunos vomitaban, y a éstos les seguían otros, y así hasta el infinito...y era un asco ir pisando charcos de devueltos varios.
En fin, que no tengo ni idea de qué habrá sido de ti, ni me importa... pero me voy a encender un cigarro y a tirar cien pedos a tu salud; porque seguro que tras esa burbuja inmunda que te envolvía se escondía un gran tipo... y qué coño: todos tenemos nuestros vicios.
2 comentarios:
Un honor que mi caca desprenda su aroma en su blog, Metalsaurio.
La caca que no desprende olor no es digna de este blog! :)
Un placer, chinese-churro.
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