martes, 5 de febrero de 2013

Out




Isaac Pietrov murió joven y sin que “Paulatina armonía” fuese puesta en escena. De hecho, hay quien cree que la enfermedad que lo empujó a la tumba tenía su origen en la honda pena que invadió al autor al comprobar que su obra era tan compleja y ambiciosa que ninguna compañía de teatro contaba con los arrestos necesarios para representarla.

En la última entrevista que se le conoce declaraba que “Una obra de teatro sólo vive y respira a bocanadas cuando la representan; de lo contrario, sus palabras no son más que señales oxidadas en una carretera sin transitar. Teatro es letra hecha carne, y sin carne es literatura muerta a la espera de la chispa vital. Letras zombies, palabras moribundas buscando un escenario.” La foto que acompañaba a sus palabras presentaba a un Isaac Pietrov de innegable tristeza en la mirada y con una sonrisa que parecía llegar de lejos, quizá recordando el haber sorprendido cual mago y apabullado cual titán con sus obras al mundo literario.

¿Por qué tan compleja? ¿Acaso era una obra imposible? Demasiados personajes orbitando entorno al personaje central, Julia, demasiados monólogos respaldados de coros y  compartiendo simultáneamente el escenario…y una trama, en apariencia sencilla cuando se lee en la contraportada del libro –La historia de una joven y ambiciosa artista que se abre paso en un mundo lleno de prejuicios y expectativas forzadas- pero con un desarrollo casi en torbellino a lo largo de sus más de quinientas páginas.

¿Imposible? Angelo Incredibile, director de teatro italiano y famoso por la grandiosidad de sus puestas en escena, no creía que fuese imposible. Incluso se planteaba representar “Paulatina armonía” sobre los escenarios, primero, y posteriormente llevarla al cine, dándole una vuelta más de tuerca y convirtiéndola en musical.

Consiguió el dinero, los actores y una fecha de estreno en el Gran Teatro Pietrov de Minsk. Contó además con Rita Nardi, actriz de moda, para el papel de Julia, congraciándose así definitivamente con la prensa cultural y la del corazón. Y todo marchaba bien en los ensayos y Angelo comentaba que el difunto Isaac Pietrov alababa en sueños su trabajo. Por su parte, Rita Nardi, de natural difícil y diva del momento, estaba encantada con su papel, leía “Paulatina armonía” en sus ratos libres y se sentía identificada, quién sabe porqué, con la luchadora Julia. Hasta le pareció un justo homenaje a su personaje el usar el propio “Paulatina armonía” en vez de “El pulpo atómico” (una referencia que Pietrov hacía a su primer éxito) en la escena en la que Julia, sentada en un sofá tomaba un libro y se echaba a leer.

Y Rita, sentada en el sofá, cogió “Paulatina armonía” y se echó a leer. Y Julia, desde el papel, apenas podía creer semejante ultraje.

Una vocecita, como de celulosa, le llamó la atención a una Rita desconcertada.

-¿Quién eres tú y por qué lees lo que no debes?

-Soy…soy Julia- respondió la señorita Nardi.

-¿Julia? ¡Julia soy yo! –sonó desde el libro al tiempo que una mano emergía de entre las hojas, cogía a la actriz por la pechera y la atraía hacía sí, al mundo de papel. Rita Nardi tardó en desaparecer lo mismo que Julia en hacerse real - ¿Julia, dices? Sucia impostora. ¡Julia soy yo! ¡Yo soy la protagonista!

Y Julia, miró el decorado, vio que era una burda imitación de su vida, y corrió a llorar a la tumba de su Dios, Isaac Pietrov.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

Creía que estaba leyendo una historia real, hasta que apareció Angelo Incredibile, que me pareció bastante incredibile, y empezaron a pasar cosas raras. Y tanto una parte como la otra me gustaron mucho.
Lo que no me queda claro es cuál de las dos mujeres fue la que dejó el mundo ficticio y se adentró en el mundo real… ;-)

Saludos.

PD: Me encanta la frase final.

Mestalsaurio dijo...

Buena reflexión la de "no me queda claro es cuál de las dos mujeres fue la que dejó el mundo ficticio y se adentró en el mundo real"...quizá sea un texto más profundo de lo que yo mismo pensaba. Tienes toda la razón, las palabras, tienen vida propia :)

Me alegro de que te haya gustado!

Un saludo.