En un vuelo en picado a lomos del
dragón, Metalsaurio regresó al jardín. No estaba despeinado, pues no tenía pelo,
pero la sensación era la misma. Casi churruscado por la luz que lo elevó y le hizo
tomar perspectiva, advirtió que el vuelo había sido largo y que el jardín estaba
decorado para darle la bienvenida. Qué detalle, pensó. Los cucudralos,
cucudrualas y cucudrules le habían preparado un cartel que decía “Feliz 2015” y
lo habían adornado con las plantas fosforescentes que colgaban por todos lados.
Animalitos. Tan fieros unas veces y tan cariñosos otras.
-Estoy aquí, peques –dijo
el Metalsaurio.
El dragón se acomodó en la orilla
y de entre las escamas sacó la pipa. Mientras la alimentaba, miraba al
dinosaurio, que en ese momento ese momento se ocupaba de poner algo de Iron
Maiden en el hilo musical atmosférico del jardín.
−Y ahora, con algo de
perspectiva, con un año casi en blanco, ¿qué vas a hacer? –inquirió
el dragón.
Metalsaurio tardó un par de
segundos en responder. Se le ensombreció el rostro. Y cuando comenzaban a
asomar las primeras volutas de humo de la pipa del dragón, se echó a reír.
−Querrás decir mientras “¿Qué
vamos a hacer?”. Pues vamos a seguir respirando, latiendo e imaginando. ¿Te
parece bien? –respondió el dinosaurio.
El dragón luminoso que fuma en pipa y
es feliz ensanchó su sonrisa y dijo: Cuenta conmigo.
2 comentarios:
Yo también me apunto a seguir respirando, latiendo e imaginando. Me parece un plan impecable.
Saludos!
Son la base de la vida :)
Un saludo.
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