Una nube de gritos de horror o espanto, si es que se puede distinguir entre estos dos tipos de gritos, anunciaba el paso de
Su piel era negra con manchurrones amarillos, como si le hubiesen tirado un cubo de pintura amarillo desde arriba (que no abajo, ni derecha, ni izquierda), y tenía los ojos especialmente saltones. De hecho, si no fuese porque era hermano de
Junto a su hermano,
El caso es que
-¿Qué te cuentas, Güey? –dijo Gustavo acomodándose en su sofá de grandes cuadros rojos y grises.
-…que estoy harto de los gritos, joder. Hasta los cojones.
- Las ranas no tenemos cojones…
- No los tendrás tú –dijo Güey, mientras se agarraba el paquete. En ese momento fue consciente de por qué a su hermano sí lo habían elegido para presentar el Gran Hermano del barrio que diariamente emitían a todo el planeta.
Gustavo agachó la cabeza mientras la movía desaprobadoramente. Güey no pudo evitar ver el título universitario de su hermano, colgado en la pared, junto a las fotos de los premios que anualmente recibía. Y allá, en un extremo, la foto de cuando aún eran pequeños -agarrados por el hombro- y las cosas eran sencillas.
-Cambio de vida, Gus. Kron proveerá.
Se levantó para cambiar de disco. Sonrió al ver que su hermano todavía conservaba el vinilo que le había regalado tiempo atrás. Lo puso, y sonó “Queen of New Orleans”.
3 comentarios:
Ai faquin laik it, men. Te envío una del tren chuz, chuzo.
El joven las estaba pasando canutas. La comida en su restaurante preferido había sido copiosa y rica en grasas como siempre. Después le hubiera encantado tomarse un pacharán e irse a disfrutar gozoso de un merecido descanso postmanduca, pero sus obligaciones como oficinista de pro se lo impidieron. Así que en esas estaba, con la tripa hinchada y las manos sudando aceite cuando, impulsivamente, se levantó de su asiento y gritó ante la mirada perpleja de sus compañeros y jefe del trabajo:
¡A CALLAR! ¡A CALLAR! ¡QUÉ MI CULO VA A TRONAR!
Y expulsó de su ano un huracán glorioso que silencio todos los confines de la Tierra.
Acto seguido, se volvió a sentar, como si nada hubiera pasado, en paz con la ley natural.
jajaja!
Te tiraste un pedo en el curro??
jaja!
Nuestros amigos los pedos...ay...siempre tan graciosos :)
Me suelo tirar alguno a lo largo del día, pero les pongo silenciador... aunque molaría algún día hacer lo de la historia.
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