martes, 21 de diciembre de 2010

En la boca del lobo

Sucedió en uno de esos oscuros callejones en los que todos pensamos al evocar el Londres victoriano. Era medianoche y tras las nubes de duro algodón grisáceo se ocultaba, arriba, la luna y abajo, bien embozado, todo aquel que se suponía en casa, amantadito y durmiendo.

Flotaba en las calles el discreto rodar de los carruajes, algún caballo al piafar y gemidos ahogados tan cargados de sexo, como de impaciencia los testículos de los apurados clientes del callejón.

Una sombra elegante, masculina, se apostó a la entrada, contra la pared, buscando con la mirada una chica con la que entretenerse. Y la encontró. Le hizo señas para que se acercase. Ella sonrió y lo invitó a entrar en la calleja. Accedió.

-¿Jack?

Y mientras avanzaba, Jack sacó del interior del gabán una cuchilla de barbero en la que se reflejó una luna grande y llena, en su punto para convertir en lobas a todas las prostitutas sedientas de venganza.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita y el comentario. Vendré a leerte con un poco más de tiempo. Promete tu blog.
Felices fiestas!!

Pugliesino dijo...

¡Magnífico microrrelato!

Piotr hubiera querido estar ahí, entre la navaja y las garras :)

¡Felices Fiestas crack!

Metalsaurio dijo...

Gracias, Rosg, y bienvenida :D pásate siempre que quieras.

Felices fiestas a tí también, Carlos. Piotr, al lado de los buenos, claro :) (las buenas, en este caso)

Un saludo a ambos.