Érase una vez un libro. Un
ejemplar único aparecido por arte de magia en el dormitorio del hombre más
poderoso del mundo. Era grueso, de tapas duras. Situado sobre la cama invitaba
al menos a hojearlo. Pero, asustado, ni lo lee ni lo abre. Y llama a los
guardias de seguridad para que lo retiren y averigüen cómo pudo haber llegado
hasta su cuarto. Revisad también su contenido. Quiero noticias a primera hora
de la mañana.
Inspeccionadas las grabaciones,
nada sospechoso apareció. Nadie había entrado o salido del dormitorio durante
la tarde en la que debió de tomar forma. En cuanto al contenido del libro no
había mucho que decir: trescientas páginas de hojas en blanco, que no mostraron
información alguna.
El libro pasó a vivir en la
biblioteca de la mansión. Olvidado en ese cuarto oscuro que su dueño apenas
visitaba. Era en cada visita cuando el libro revivía y sus letras y frases
volvían a las páginas. Grandes, claras, llenas de sabiduría suficiente para
arreglar el mundo. Esperando a ser leído por el hombre más poderoso del mundo,
pues sólo él guiado de sus consejos podría encauzar a la humanidad. Pero nunca
lo leyó y el libro suspiraba en soledad.
Tanto esperó el libro que tan mágicamente
como llegó a la casa, desapareció. Con represalias, eso sí. El día que se fue
lo hizo con un gran incendio. Ardieron la casa y el hombre poderoso. El libro sigue
vivo, errante. Deseoso de abrir mentes entre poderosos y humildes.
4 comentarios:
Así es como la sabiduría va por el mundo: buscando a quien sepa sacar provecho de ella. Pero ni siquera la sabiduría puede hacer nada cuando topa con un bruto insensible y miedoso. Y ya se ve cuáles son las consecuencias.
Bonita alegoría, señor Metalsaurio.
Cierto, más de uno no se deja atrapar por ella :) Y con la de medios que hay hoy en día. Así nos va, sí.
Un saludo.
¿Y tú crees, Metalsaurio, que si lo leyese Donald Trump serviría de algo? Lo digo porque lo veo tan rematadamente necio que...
Me ha encantado tu texto.
¡Jajaja! Muchas gracias, Sara.
No sé si serviría de mucho. A menudo pesan más los intereses individuales y las posturas que se adoptan de cara a la galería, que la sabiduría :)
Un saludo y encantado de verte por aquí.
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