martes, 28 de febrero de 2017

El libro

Érase una vez un libro. Un ejemplar único aparecido por arte de magia en el dormitorio del hombre más poderoso del mundo. Era grueso, de tapas duras. Situado sobre la cama invitaba al menos a hojearlo. Pero, asustado, ni lo lee ni lo abre. Y llama a los guardias de seguridad para que lo retiren y averigüen cómo pudo haber llegado hasta su cuarto. Revisad también su contenido. Quiero noticias a primera hora de la mañana.

Inspeccionadas las grabaciones, nada sospechoso apareció. Nadie había entrado o salido del dormitorio durante la tarde en la que debió de tomar forma. En cuanto al contenido del libro no había mucho que decir: trescientas páginas de hojas en blanco, que no mostraron información alguna.

El libro pasó a vivir en la biblioteca de la mansión. Olvidado en ese cuarto oscuro que su dueño apenas visitaba. Era en cada visita cuando el libro revivía y sus letras y frases volvían a las páginas. Grandes, claras, llenas de sabiduría suficiente para arreglar el mundo. Esperando a ser leído por el hombre más poderoso del mundo, pues sólo él guiado de sus consejos podría encauzar a la humanidad. Pero nunca lo leyó y el libro suspiraba en soledad.

Tanto esperó el libro que tan mágicamente como llegó a la casa, desapareció. Con represalias, eso sí. El día que se fue lo hizo con un gran incendio. Ardieron la casa y el hombre poderoso. El libro sigue vivo, errante. Deseoso de abrir mentes entre poderosos y humildes.

4 comentarios:

Ángeles dijo...

Así es como la sabiduría va por el mundo: buscando a quien sepa sacar provecho de ella. Pero ni siquera la sabiduría puede hacer nada cuando topa con un bruto insensible y miedoso. Y ya se ve cuáles son las consecuencias.

Bonita alegoría, señor Metalsaurio.

Metalsaurio dijo...

Cierto, más de uno no se deja atrapar por ella :) Y con la de medios que hay hoy en día. Así nos va, sí.

Un saludo.

Sara dijo...

¿Y tú crees, Metalsaurio, que si lo leyese Donald Trump serviría de algo? Lo digo porque lo veo tan rematadamente necio que...

Me ha encantado tu texto.

Metalsaurio dijo...

¡Jajaja! Muchas gracias, Sara.

No sé si serviría de mucho. A menudo pesan más los intereses individuales y las posturas que se adoptan de cara a la galería, que la sabiduría :)

Un saludo y encantado de verte por aquí.