De pequeño mi abuela me insistía en que recitase el trabalenguas de "El perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Ramírez se lo ha cortado". Nunca entendí porqué insistía tanto ya era bastante facilón;nada comparable al de los "Tres tristes tigres comen trigo en un trigal". Eso sí que es difícil; aún ahora soy incapaz de decirlo rápido.
Pero a lo que iba, el San Roque y su perro. La idea que tenía la Iglesia Católica y la idea que tenía yo del susodicho San Roque distaban Galaxias una de la otra, lo cual provocó mi primera crisis de fe.
La imagen de la Iglesia sobre San Roque siempre me dio un poco de asquillo: un perro, sin rabo, por culpa de Ramón Ramírez, chupándole la herida al Santo, aaaagggggg...pobre hombre.
Pero a lo que iba, el San Roque y su perro. La idea que tenía la Iglesia Católica y la idea que tenía yo del susodicho San Roque distaban Galaxias una de la otra, lo cual provocó mi primera crisis de fe.
La imagen de la Iglesia sobre San Roque siempre me dio un poco de asquillo: un perro, sin rabo, por culpa de Ramón Ramírez, chupándole la herida al Santo, aaaagggggg...pobre hombre.
-Pero, pequeño metalsaurio, si un perro te chupa una herida no se te infecta - decía mi abuela metalsauria.
-y yo cuando me caigo, ¿por qué me echais mercromina? bueno, prefiero la mercromina a que me chupe la herida el perro...
Mi madre también estaba de acuerdo en que lo de que un perro me chupase las heridas no era buena idea "a saber dónde metió la boca el perro!".
Consecuencia: al primer Ramón que conocí me lo imaginé cortándole el rabo a un perro.
Pero antes de conocer al primer Ramón, conocí a Marianico "el corto" (no sé si por bajo o por corto de entendederas; yo creo que las dos) y me encajaba perfectamente en la imagen de el Ramón Ramírez cortarabos.
Hoy en día, la imagen que tengo de San Roque sería la del típico flipao discotequero
con un bull terrier
y Marianico "el corto" (volvemos a los orígenes) cortándole el rabo de estrangis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario