A las puertas de Troya un rubito pedía a gritos venganza por su amigo muerto. Gritaba con tanta fuerza e insistencia que los troyanos, aburridos de la batalla y de la guerra psicológica, acudieron a la ciudadela, a las estancias de Héctor, hijo de Príamo, Señor de Troya, a pedirle que, cuanto menos, se acercase a la muralla a decirle a Aquiles que dejase de gritar.
-Héctor, por Apolo, responde a su llamada…-le decía el fuerte Eneas- Ésto es insoportable…
Después de cargar durante tanto tiempo sobre sus hombros el peso de la batalla, Héctor, mortal, estaba hastiado. Tantos héroes aqueos luchando en su contra; tanto tiempo apostados delante de sus murallas y tan aburridos como él, pero allí seguían.
-Heeeeeeeector!!-seguía clamando Aquiles como una oveja sin otra cosa que hacer.
Héctor se acercó a la muralla más próxima y miró hacia abajo. Allí estaba Aquiles, que no paraba de chillar su nombre, encasquetado, lanza y escudo en mano. ’Heeeeeeeector!!’
-¿Qué pasa, rubito? ¿Vuelves a la lucha, asesino?
-¿Asesino me llamas, Héctor? ¿Tú que mataste a Practolo?
-Lo confundí contigo pues luchaba con tu armadura, e igual fin te daría si realmente fueses tú, nena. Por tu parte, no te has quedado corto: has matado a cientos, entre ellos buena parte de mi familia.
-Yo…yo…te voy a matar, Héctor…yo…le amaba…
Un súbito viento, soplado por algún Dios, recorrió la planicie sobre la que se alzaba la fortaleza troyana.
-Eres un marica, Aquiles.
-¡Baja, Héctor, baja, y te demostraré quién es más hombre de los dos!
Pasado unos minutos, las puertas de Ilion se abrieron y dejaron ver la enorme figura de Héctor, armado de reluciente metal, que acercándose al furioso Aquiles, le espetó:
-Aquí se acaba la guerra, Aquiles; el que venza, gana. Y prometerá no profanar el cadáver de su oponente, ¿aceptas?
-No puedo aceptar, mata-amigos. Profanaré tu cadáver y arrasaré tu ciudad.
La lucha fue breve. Héctor le dio a una patada en el talón a Aquiles, que murió en el acto. Su cadáver no fue profanado y la guerra terminó.
2 comentarios:
Bueno, tío, en 2 horitas voy camino de la playa... ah, qué placer.
Espero que cuando vuelva, en dos semanitas, tengas repleto el blog de nuevas historietas. Me encantan.
Ahora he de coger mi caballo
y galopar.
Un abrazo.
...sóooolo gaaloopaaar!
Qué suerte 2 semanas!!! pues aprovecha, aprovecha, que se pasan pronto.
Un abrazo.
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