En la más elegante sala de conferencias de la ciudad se dieron cita los que se consideraban los empleados más ejemplares del mundillo empresarial de la zona. Estaban todos: el que más mandaba, presentando; el que se consideraba el más gracioso, tres filas más atrás del más majo, que a su vez estaba tres filas más atrás del que era realmente el más gracioso; una fila por delante de éste, junto a la que creía que “responsable” y “jefe de equipo” eran grados sociales, el que se consideraba el más guapo, y nueve filas más atrás la que, en verdad, era la más guapa. A su lado, trataba de mantenerse a flote entre el mar de números un metalsaurio maravillado por palabras como ebitda, churn y arpu –sin duda, las más molonas del mundo: más que “responsable”, más que “jefe de equipo” y más que “teta”-.
2 comentarios:
lo más, más; lo muy, muy; y lo tope de lo tope, muñequitos!!! parafraseando a la picha discos.
Muy bueno, sí, señor. El Metalsaurio al lado de la más guapa... mmm, ¿hubo amor reptil?
Casada y con una hijita...está difícil, jaja!
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