Millones de millas galácticas son las que separan Kripton de la Tierra y millones de millas galácticas son las que tuvo que atravesar la nave del pequeño Sisebuto Suárez hasta llegar a la Tierra.
Evidentemente, Sisebuto Suárez, fue el nombre por el que fue conocido en la Tierra, ya que su nombre kriptoniano, grabado en una chapita metálica que le colgaba del cuello era indescifrable para los dos buenos vecinos de Villaconejar del Cerezo Pocho, que desde entonces se convirtieron en sus padres adoptivos.
Los padres del pequeño extraterrestre humanoide decidieron acogerse a las subvenciones que tan generosamente daba el Gobierno para su programa de investigación llamado “La influencia del nombre en el desarrollo de las personas”. Estudiados expertos decidieron llamarlo Sisebuto con la intención de comprobar si con el paso de los años se convertía en un ser de fuerza descomunal, como posteriormente se demostró. Tanto Hermenegildo como Robustiano, sus dos mejores amigos de la infancia demostraron idénticas cualidades que Sisebuto, a pesar de que sus padres naturales eran oriundos de Villaconejar del Cerezo Pocho.
A diferencia de sus amigos, Sisebuto Suárez, podía volar y ver a través de cualquier material excepto el plomo, pero se cuidaba de no hacerlo en público para que no le llamasen rarito. Quizá alguna vez, de vuelta a casa, después de una larga noche de juerga, regresó volando, pero no era lo habitual.
Otro rasgo que lo diferenciaba de Hermenegildo y de Robustiano, es que era especialmente inteligente, y gracias a una beca concedida por equipo de fútbol local en el que jugaba, el “Conejo Pocho, F.C.”, pudo estudiar en la Universidad.
Una vez finalizada la carrera de periodismo, y habiendo aprendido que sólo los personajes célebres y los hechos interesantes aparecen en las noticias, encontró trabajo en el periódico de Villaconejar, “El alguacil de Villaconejar”; trabajo que afortunadamente pudo compatibilizar con lo que siempre quiso hacer: enfundarse unas mallas y con una “S” (Sisebuto Suárez) en el pecho que lo representase, dedicarse a deshacer entuertos.
Nota: Los fines de semana trabaja como portero en Rumbayé.
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Jajajajajajaja
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