Hubo un tiempo en que Metallica
parecía estar más dispuesta a agitar avisperos que a centrarse en lo que “se
suponía que debían hacer”. El Load y el Re-Load, por lo general no gustaron, y
justo después llegó el S&M, su concierto con orquesta, que tuvo mejor
aceptación pero suponía un paso más en su rumbo errático. ¿Hacia dónde se dirigía
Metallica? ¿Hacia dónde se dirigen? ¿Hacia el St. Anger y el Lulu? ¿o hacia el
Death Magnetic?
Ellos sabrán.
La mención a Metallica y a su
S&M únicamente la hago para establecer un punto de inflexión a partir del
cual muchas bandas ambicionaron tocar con orquesta. Y fue a partir de ese
momento en el que “los listos” (con todos mis respetos para ellos) hablaban de
que tocar con orquesta era algo que ya había hecho Rage. Y de que, el concierto de
Scorpions (un año posterior al de Metallica) le daba mil vueltas al de
Metallica.
Lo
de Scorpions era algo que me había quedado grabado en un segundo plano de la
memoria y hasta hace bien poco no volvió a reflotar. Todo fue
gracias a su
que escuché hace unos meses.
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